Colombatto castiga el planteamiento de Abelardo y le da el triunfo al único que lo intentó

Colombatto castigó el planteamiento ultradefensivo de Abelardo y mandó a la lona a 8 minutos del final a un Cartagena que hasta entonces solo había tenido una preocupación: defender. Le salió bien hasta entonces al conjunto del Pitu, ante un Oviedo algo atascado. Pero un rebote seguido de una buena finalización de los de Calleja sirvió para desequilibrar el choque y dejar los tres puntos en el Tartiere: los primeros de la temporada.

No hubo que esperar nada para ver las propuestas de los dos equipos y estas respondieron precisamente a lo esperado: el balón fue monopolizado por el Oviedo y el Cartagena eligió esperar replegado para intentar tener la suya en un despiste azul.

Empezó enchufado el equipo de Calleja, apoyándose en un vivo Hassan, como teniendo que demostrar aún las razones del desembolso del pasado verano. Dos internadas suyas sirvieron para meter al público en el choque, pero a continuación vino la monotonía. Tocaba y tocaba el Oviedo pero sin llegar a incomodar a un Cartagena que solo se jugó la carta de defender.

No se vio a Aarón en toda la primera parte, pero a decir verdad tampoco mucho a Pablo Campos. Cazorla inquietó la meta visitante con una falta rasa cerca de premio. Y Luengo se acercó algo más en un cabezazo a una falta latera, pero Campos respondió seguro. Pero poco más de los azules en el primer tiempo al margen de esas llegadas aisladas. El partido pedía una marcha más.

Trató de dársela el Oviedo en el impulso inicial que siguió al descanso, con varios córners y llegadas. Cazorla y Sibo lo intentaron con la zurda, sin premio. El Cartagena se presentó por fin en el área rival a los 58, con un cabezazo de Sipcic que atrapó bien Aarón. A continuación, Colombatto encontró en el área a Chaira pero este no pudo definir.

Tras ese impulso inicial, el choque se volvió otra vez pesado, en esta ocasión por el carrusel de cambios de ambos equipos. Pero había tal acumulación de jugadores cerca del área de Campos que en cualquier momento podía saltar por los aires el sistema cincelado por Abelardo.

Sucedió a 8 del final, en un rebote que cayó en los pies de Moyano. Algo ladeado, el azul la puso atrás y Colombatto, solo a pesar del tráfico, empujó con la zurda, cómodo, a la red. Fue el gesto que desniveló el choque. Un castigo merecido para el pobre planteamiento visitante que, a pesar de todo, tuvo el empate en el último suspiro en la cabeza de Sipcic, pero su testarazo se fue desviado.