Cervera, en su peor momento

Otra derrota del Oviedo, otra vez en una actuación en la que el equipo no dio la cara y acabó superado por un Andorra que, con lo mínimo, se llevó los tres puntos gracias a un inocente penalti cometido por Seonae. El Oviedo se mantiene en zona de descenso, penúltimo, y la sensación es que el crédito se agota para el entrenador. Cervera renovó el pasado verano por dos temporadas en una apuesta decidida del club y ahora sin embargo todo son dudas respecto a su futuro.

La entidad azul, en boca de su presidente Martín Peláez, apoyó públicamente al entrenador la semana pasada en un acto público. Ahora habrá que ver si esas palabras suponen un traducción práctica hacia el entrenador o si se prefiere tomar decisiones drásticas. Los azules reciben el domingo al Valladolid en el Carlos Tartiere en lo que podría ser la última oportunidad del entrenador por dar el paso adelante con este equipo. El Oviedo aún busca la primera victoria del campeonato.

Ayer, tras el 1-0 del Estadio Nacional de Andorra, Cervero explicó las que a su juicio habían sido las claves del devenir de un choque que ahonda en la herida del equipo. “Es un golpe muy duro, pero yo llevo mucho tiempo en el fútbol y soy consciente de que estas pueden pasar. La situación es muy preocupante por muchas cosas: por lo que se ve en el campo, porque es el tercer penalti y la tercera expulsión en contra… Son muchas cosas las que hay que analizar”, indicó el entrenador carbayón.

Cervera desgranó las claves del choque: “Hemos logrado venir a un campo donde el rival hace muchas ocasiones y que no pase nada. Pero, después, en dos minutos lo tiramos todo por la borda. En el partido no ha pasado nada. No nos crearon ninguna ocasión pero, con todo a favor, en un minuto nos han expulsado a un jugador y luego hemos hecho un penalti. No hay otra explicación, ellos no consiguieron salir con claridad casi en ningún momento y nosotros tampoco”.

Cambios tardíos

Una de las cosas que se le achaca a Cervera del choque en Andorra fue la tardanza en hacer los cambios. El equipo se vio con un jugador más sobre el césped pero no alteró el guion. Siguió cerrando con cinco defensas y sin dar un paso al frente. Disfrutó 15 minutos de superioridad hasta que Luismi vio la segunda amarilla y las fuerzas se igualaron. A continuación, en la siguiente acción, Seoane cometió un inocente penalti que supuso el 1-0 del Andorra y liquidó el choque,

Para el entrenador, la tardanza a la hora de decidir los cambios tiene una explicación. “Estaba esperando a ver cómo se posicionaban ellos en el campo, y así ver si convenía más hacer un cambio por dentro o por fuera. Cuando tienes uno más intentas controlar el balón y a partir decidir dónde hacer el cambio. En ese impasse llegó la segunda amarilla a Luismi y se fue todo al traste”, expuso el entrenador de los azules.