Calero: “Me queda la espina de no subir al Burgos a Primera División”
El entrenador ha anunciado su marcha del equipo blanquinegro tras no aceptar la oferta de renovar por las dos próximas temporadas.
Julián Calero dejará de ser entrenador del Burgos tras tres temporadas, en las que ha logrado el ascenso del equipo a Segunda División y le ha mantenido en el fútbol profesional durante las dos últimas campañas. El entrenador madrileño tenía sobre la mesa una oferta de renovación de la entidad blanquinegra para las dos próximas campañas, pero ha decidido cerrar este ciclo y buscar nuevos retos profesionales. Era un secreto a voces, ya que en sus últimas intervenciones se intuía un final a su estancia en Burgos y, aunque la oficialidad no ha llegado hasta este miércoles, se preveía que la decisión sobre su marcha ya estaba tomada.
Calero llegó al Burgos en el verano de 2020, de la mano de del director deportivo, Michu, para asumir el reto de llevar al equipo al fútbol profesional. A pesar de las dificultades con las que se encontraron con la gestión del grupo argentino encabezado por los Caselli, tuvo la habilidad de aislar al vestuario de los problemas económicos y llevar al equipo al ascenso logrado en mayo del 2021, en la fase disputada en Almendralejo.
En la siguiente temporada logró la permanencia en a Segunda División, acabando en la undécima posición sin pasar demasiados apuros en la temporada del regreso al futbol profesional. Durante este curso, el equipo ha tenido una primera vuelta sensacional, llegando a liderar el campeonato, pero en la segunda vuelta su rendimiento ha descendido notablemente, aunque ha estado luchando por jugar la promoción de ascenso hasta las últimas jornadas. Ahora, el objetivo es superar las cifras del año pasado, algo que tiene al alcance de la mano en las dos jornadas finales. Julián Calero ha dirigido al Burgos en 115 partidos oficiales con un balance de 48 victorias, 30 empates y 37 derrotas.
El entrenador madrileño ha estado acompañado en su despedida de la totalidad de la plantilla, cuerpo técnico, trabajadores y miembros del consejo de administración. En un discurso, lleno de emoción, ha explicado los motivos de su marcha: “Ha sido una decisión complicada, pero es lógica la erosión que se produce después de tres temporadas intensas. Los últimos resultados no han ayudado y he notado un punto de desunión, una división de opiniones, y prefiero dar un paso a un lado. Siento que la figura del entrenador se había erosionado últimamente”.
Además, ha afirmado no tener nada pensado sobre su futuro: “No he iniciado conversaciones con ningún equipo, lo que tengo claro es que mi pasión es el fútbol y estaré en algún banquillo. Todavía no sé dónde estaré, incluso no descarto irme al extranjero, pero no he iniciado ninguna negociación”.
También ha comentado que espera que esta despedida sea un “hasta luego” y que se vuelva a cruzar en el camino del Burgos donde le ha quedado una espina: “He dejado una rémora porque pensaba que podía lograr el ascenso a Primera División. Eso es lo que le deseo a este club en el futuro, que siga creciendo y que ascienda”.