LEGANÉS

Butarque es la esperanza

Enésimo llamamiento del Leganés a su afición, esta vez usando la figura de Carlos Martínez. El rendimiento en su estadio, única señal positiva esta temporada.

Juan AguadoDIARIO AS

Butarque es la esperanza. El mantra resuena al sur de la capital como invocación que va más allá de lo deportivo. Que traspasa lo meramente competitivo para aferrarse a una de las pocas claves de la temporada que le ha funcionado a este Leganés aún con el ánimo zozobrante y la salvación por conseguir. En medio de la tormenta, el balance local del Lega (32 puntos) es mucho mejor que visitante (14 puntos) e incluso mejor que el curso pasado con todavía dos partidos (léase finales) por disputarse. Lo dicho: Butarque es la esperanza.

El sábado, ante el Huesca (18:30), el club ha vuelto a hacer llamamiento (el enésimo) a llenar el recinto y empujar (también por enésima vez) a un equipo con riesgo de desconexión y caída al pozo. Lo ha hecho con Carlos Martínez como hilo conductor. Figura trasversal ante la que es difícil posicionar ningún mensaje de rechazo, al contrario de lo que sucedió en el último vídeo en el que se reclamaba el apoyo de la parroquia pepinera.

Entonces (ante el Cartagena), la promoción recibió mensajes de críticas por interpretarse como un feo a la afición. Nada más lejos de la realidad. Pero entonces los ánimos andaban caldeados. Cualquier petición era trinchera. Esta vez resultará más complicado porque Carlos Martínez aúna a la afición allá donde Idiakez respondía con indiferencia.

La nostalgia como mensaje

“Hola, soy Carlos Martínez y en otras ocasiones ya te he llamado”, reza el mensaje de arenga que el club ha activado por dos vías: sus redes sociales y un newsletter que pide a los pepineros que revienten el estadio. “Queremos que Butarque sea una olla a presión”, cuenta esta promoción que se vale de otra creada hace casi diez años, cuando Carlos Martínez protagonizó uno de los mensajes durante el playoff de ascenso a Segunda.

Con varias promociones como palanca (entradas a invitados de abonados a cinco euros, por ejemplo), la intención es vencer a los aragoneses y quedarse a un paso de la continuidad en la categoría. En el mejor de los escenarios (victoria del Leganés, derrota del Málaga), la salvación aún no sería matemática, pero sí virtual. Con nueve puntos por jugarse sólo el golaveraje a favor de los andaluces dibujaría un escenario de miedos.

Mejor local que el curso pasado

Ganar, además, supondría acercar al Leganés a un buen registro de local. Supondría sumar 35 puntos y quedarse a sólo 3 de los 38 que hizo en su feudo la primera temporada de retorno al fútbol profesional, curso en el que los entonces dirigidos por Garitano hicieron de Butarque algo más que un estadio complejo. Por el momento, con lo ya conseguido (32 puntos) se han superado los 30 que sumaron entre Nafti y el mismo Garitano la temporada pasada, aunque lejos de los 43 que se consiguieron el curso del ascenso a Primera.

Los 48 puntos de la temporada 20-21, la primera de vuelta a la categoría de plata, son el récord del Leganés en su feudo en Segunda División. Son dos puntos menos que el total de los que ahora tiene el Lega en total. Por dibujar diferencias entre aquel equipo que acabó tercero el campeonato con puntuación récord y el actual, camino de ser el peor Leganés de la última década en el fútbol profesional.

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