Bustinza: “Me encontré fuera del fútbol y llegué a plantearme el final”

Unai Bustinza (Bilbao, 32 años) vive un momento dulce en la SD Amorebieta. Autor del gol que dio el último triunfo a los azules para situarse a cuatro puntos de la salvación, se ha convertido en un indiscutible de las alineaciones de Jandro. Baluarte en una férrea defensa que sólo ha encajado dos goles en los últimos seis partidos. Con más de 100 partidos en Primera División y más de 60 en Segunda, el zaguero bilbaíno ha vivido una auténtica montaña rusa en los últimos meses desde que se desvinculara del Málaga el pasado verano. El club zornotzarra lo recuperó para la causa en una vuelta a casa que se presentó como un regalo para el ex del Athletic y Leganés. Ahora, disfrutando y sufriendo a partes iguales, atiende al Diario AS encarando la recta final y decisiva de esta ilusionante campaña.

Héroe de la última victoria en Andorra con el gol decisivo que provocó una explosión de alegría. ¿Cómo lo vivió?

Fue un momento bonito e importante. Me tocó hacer el gol después de saber que íbamos a pasar un partido en el que el Andorra te quita el balón, le gusta mantener la posesión y tenerte hundido. Sabíamos el partido que nos iba a tocar, lo supimos trabajar y, aunque creo que pudimos adelantarnos antes, poder acabar así mejor que mejor, porque le dejó poco margen para reaccionar al Andorra por el minuto en el que fue. Fue una alegría y un chute importante.

Poco habitual en el capítulo goleador. ¿Había vivido alguna vez el suspense de una revisión de VAR tras marcar como este pasado lunes?

Sí, ahora que lo dices, creo que las otras veces que he marcado no estaba el VAR o por lo menos no tuvo que intervenir. Fue un momento de pensar “no por favor, que no haya fuera de juego, que no haya pasado nada” porque la jugada había sido muy rápida y no sabía si en la vuelta de Félix me había pillado en alguna posición adelantada. Porque hoy en día a nada que tengas el hombro o el pie por delante te perjudica. No estoy bautizado, no acostumbro a ir a misa, pero pedí no sé a quién que por favor fuera gol.

¿Cuál es el sentir de la plantilla ahora a tan sólo cuatro puntos de la salvación?

La plantilla está estable, que es lo importante. Está claro que ahora el escenario es otro y te ves más cerca de salir del agujero, pero intentamos abstraernos de eso. Cuando estábamos a más de 10 puntos y únicamente veías eso, mantener el optimismo y la positividad no es sencillo, y ahora igual, no hemos hecho nada. Hay que mantener esta estabilidad, que es la que nos puede dar continuidad, sabiendo que va a ser un final de temporada muy difícil. Segunda es una categoría que cada partido te da la opción de ganar y de que te ganen. Todo está muy prieto. El otro día la victoria fue importante y te reafirma en el trabajo que estás haciendo.

¿El mensaje es “pensar en cada partido como una final” sin preocuparos por la clasificación?

Ese mensaje es la autoprotección que busca el grupo y el propio futbolista. La clasificación es una consecuencia de lo que pasa en el campo, pero nos tenemos que preocupar en la acción. Estar bien en los partidos, en todo momento vivos y tener siempre la opción de poder puntuar porque estando ahí abajo todo suma. Trataremos de seguir con esa mentalidad y seguir sumando.

Firmó por los azules en este mercado invernal después de estar sin equipo y sin competir desde que se desvinculara del Málaga el pasado verano. ¿Qué ha supuesto el Amorebieta en este retorno al fútbol?

Para mí es un regalo. Hubo un momento en el que me encontré fuera en el que te planteas otro tipo de circunstancias, incluso el hecho de que nuestra carrera tiene un fin y tenemos que prepararnos para otras cosas. Para mí el Amorebieta ha sido un regalo con la posibilidad de poder volver a casa, después de muchos años fuera, es un plus añadido. También el poder compartir vestuario con prácticamente amigos y vivir el día a día con tu familia muy cerca en tu casa, en tu entrono y poder ir a ver al Athletic el fin de semana. Está siendo un disfrute más allá de que la situación deportiva es del estrés que todos vivimos en el fútbol profesional. La línea del sufrimiento y el disfrute van casi de la mano en el fútbol.

¿Cómo se fraguó la llegada a Urritxe?

Mi mujer es de Mendexa, y durante el verano estábamos allí en la costa. Se dio la casualidad de que Asier Illarramendi estaba sin equipo y Joseba Beitia también. Tuve la suerte o supimos aprovechar para juntarnos y estar entrenando bastante tiempo aunque ya los equipos habían iniciado sus pretemporadas. No es lo mismo, pero juntamos a varios jugadores profesionales y pudimos completar entrenamientos bastante intensos con la posibilidad de utilizar el campo de Mutriku. En el mercado, estábamos los últimos intentando engancharnos. Asier, que juega en otra liga, se fue a Estados Unidos, y nosotros nos quedamos un poco fuera. Luego cuando empezó el año, yo volví a Bilbao y me encontré en un escenario en el que poder encontrar un equipo en agosto estaba disipada. Aunque seguía corriendo por el monte y disfrutando del deporte en otro sentido. Ahí tengo la suerte de que Asier Goiria (director deportivo de la SDA) que está todo el día dándole al tarro y buscando opciones, me llamó. En ese momento Xabi Etxeita estaba parado y me planteó la posibilidad de ir a entrenar por si me podía interesar. En ese momento, les venía bien incluso para completar entrenamientos. Yo no dudé, le dije que al día siguiente ahí me tenía. Era un buen escenario para mantenerme activo hasta el mercado de invierno y poder soñar con convencer al Amorebieta. Estuve entrenando con ellos y tuve la suerte de que ya conocía a muchos en el vestuario por lo que la adaptación fue muy buena. Goiria me dijo que en invierno les gustaría contar conmigo. Ya le dije que por mi parte era mi primera opción y estaba encantado de entrar en el equipo.

Y rindiendo al más alto nivel, inamovible en la zaga. ¿Esperaba un rol tan relevante en el equipo?

Cuando llegué, vi que era un equipo que me gustaba porque trabajaba bien, serio y con un ambiente muy bueno. Encajaba bien en el grupo y luego se han dado circunstancias que han sido positivas y en general el equipo, no sólo los que jugamos, dando un paso adelante siendo conscientes de que teníamos que mejorar en las áreas. El mayor déficit que teníamos es que, aunque hiciéramos buenos partidos, en las áreas salíamos muy penalizados. Supimos detectar eso y tratar de centrarnos en eso. Me ha tocado a mí participar más y estar en esta racha más positiva, pero creo que si el equipo ha dado un paso adelante es porque también los jugadores nos hemos aprovechado del grupo.

En el otro extremo de la tabla se encuentra el Leganés, pelando por el ascenso directo. Como leyenda pepinera, ¿Cómo lo está viendo?

Les veo muy bien. El partido más determinante para ellos fue el que jugó contra nosotros. Luego hablando con ellos lo vi. Muchas veces los equipos de arriba no están preparados para los malos momentos o expulsiones. El partido que hicieron contra nosotros después de la expulsión, tanto por los cambios del entrenador metiendo a jugadores de perfil más defensivo sustituyendo a jugadores determinantes como Raba o Portillo, y ser capaces de aguantar como equipo, es un valor muy importante. Más allá de las individualidades, cuando un equipo es capaz de sufrir juntos y tiene el premio que tuvieron, les veo bien. Me alegro y ojalá sean capaces de rematarlo, aunque la Segunda es dura porque es una categoría en la que todo se iguala. Tendrán que estar bien hasta el final.

Sigue el canal de Diario AS en WhatsApp, donde encontrarás todo el deporte en un solo espacio: la actualidad del día, la agenda con la última hora de los eventos deportivos más importantes, las imágenes más destacadas, la opinión de las mejores firmas de AS, reportajes, vídeos, y algo de humor de vez en cuando.