Bundu reinicia la hemorragia del Málaga

El Málaga vuelve a desangrarse. El Andorra le asestó un golpe de realidad porque le ahogó con la posesión y cuando llegó el 1-0 se acabó el partido. Los de Pellicer lo fiaron todo a una buena defensa y a intentar aprovechar alguna ocasión en ataque, pero no hubo manera. Bundu, en el 71′, marcó el tanto que catapulta al Andorra en la tabla (décimo, a nueve puntos del descenso) y sepulta al Málaga en el ostracismo de nuevo. Se le acaban las balas a unos andaluces sin respuesta en el Estadi Nacional y que continúan con su camino hacia Primera RFEF. El milagro de la salvación lo tiene a ocho puntos.

Pellicer pareció tener claro su plan, apostó por cinco defensas, pero es que este Andorra es intocable si le dejas campar a sus anchas. En la primera media hora de juego, el Málaga se quedó con solo el 18 por ciento de la posesión y apenas pasó del centro del campo. Lo positivo fue que en defensa se mostró seguro y apenas dejó espacio a Christos, Germán y Bakis. Toparse contra un muro una y otra vez desquiciaría a cualquiera, pero no a este Andorra. Destila paciencia y tampoco importó a los tricolores que el rival acabase la primera parte en su área, con ocasiones de Lago Júnior y Ramón, porque sabían que el tiempo corría a su favor. El empate no le valía al Málaga porque para salir del descenso solo vale ganar.

En ese intento de dar un paso adelante porque lo realizado hasta el momento no le servía, Pellicer cambió el paso. Se olvidó de los cinco defensas y dibujó un 4-2-3-1 al dar entrada a Escassi, que cumplió 100 partidos, y Rubén Castro por Juande y Luis Muñoz. Aunque una cosa es la teoría y otra la práctica y el Andorra siguió a lo suyo, jugando en campo contrario, ahogando con una presión alta a su rival y mostrándose más en el área de Yáñez. Sin embargo, lo que realmente decantó el duelo fueron los cambios de Eder Sarabia. Cuando aparecieron el agitador Bundu y Bover todo se electrocutó. Y claro el equipo que está más cerca del área rival tiene más oportunidades de ganar. Dicho y hecho. En el 71′, en una acción rápida, Bover asistió a un Bundu que no perdonó con un latigazo con la pierna derecha. El extremo que sabe que su mejor baza es no complicarse (control, cabeza arriba, desborde y tiro cruzado), firmó el 1-0. El lenguaje no verbal de los jugadores del Málaga ya demostró que no se produciría la reacción deseada y es que no inquietó a Ratti. Sí que intentó un gol de fantasía Fran Sol, pero no fue una realidad. Lo que sí lo es es que la hemorragia del Málaga brota de nuevo. Y con 34 jornadas en la mochila es peligroso.