Bebé vale tres puntos

Andorra y Zaragoza jugaron un buen partido, igualado, con opciones y cada uno con un estilo claro y definido. Un partido al que solo le faltaban los goles, no las ocasiones, que se acabaron llevando los visitantes en la última jugada del partido. Literalmente. Marcó Bebé en su primera actuación con la camiseta del Zaragoza, sacó el Andorra y se acabó el partido. Un final cruel para los de Sarabia, que encadenan ya cuatro derrotas seguidas, y muy celebrado por la numerosa parroquia zaragocista que se desplazó hasta Andorra.

Probablemente mereció el gol el Real Zaragoza en los primeros instantes de partido, pues en dos minutos ya había generado dos acciones claras. Intensos, rápidos, concentrados… Los jugadores de Escribá saltaron al césped de la mejor manera posible. Hasta los tres minutos, de hecho, el Andorra no controló su primer balón. Pero los de Sarabia capearon el temporal, aguantaron y, pasado el susto, empezaron a desplegar su juego.

La idea del Zaragoza era evidente y lógica. Dejar que el Andorra llevara la iniciativa, robar y salir lo más rápido posible. Una idea que exige concentración defensiva, velocidad en la transición, y precisión en los envíos. Y tuvieron las tres cosas. En el 14′ una contra dirigida por Mollejo acabó con un disparo de Giuliano estrellándose en la base del palo. El remate fue bueno, el control exquisito, pero faltó un ápice de puntería.

Pese al 0-0 con el que acabó la primera mitad el partido fue entretenido. Con dos equipos que buscaron la portería contraria y, pese a no tener acciones muy claras, si rondaron a los porteros rivales. Algún centro lateral del Andorra fue lo más peligroso de los locales en los primeros 45 minutos. Mollejo se marchó lesionado en el 32′ pero su cambio no alteró los planes visitantes. Bermejo fue sustituido en el descanso por el mismo motivo. Debutó Bebé.

Ninguno de los dos equipos renunció a su identidad en la segunda parte, ni siquiera con los cambios, pues en realidad ninguno de los dos estaba lejos de ganar el partido. Es cierto que el Zaragoza daba una mayor sensación de peligro, Puche remató fuerte en el 60′, pero el Andorra tampoco sufría. Ambos estaban haciendo muchas cosas bien salvo lo más importante, marcar un gol.

Y no fue porque no lo intentaran. Especialmente el Zaragoza, más incisivo durante todo el partido. Una penetración por la banda de Bebé en el 74′ pudo suponer el primero, pero Marc Vidal metió un buen pie. Francho cabalgó la banda para poner un balón de oro al área, pero apareció Mika Mármol. Bakis, el Andorra también lo intentó, disparó ligeramente desviado en el 80′. Jacobo y Alti se animaron también pero, como sus rivales, no encontraron portería. Cristian Álvarez, en el 90, salvó el gol de un Andorra que fue más protagonista en los minutos finales. Y cuando todo hacía indicar que el partido iba a acabar en un sobrio y justo reparto de puntos apareció Bebé. Dando muestras de una de sus grandes cualidades, la potencia en carrera, superó a la defensa y batió a Marc Vidal. Un gol que vale tres puntos.