Sergio Barcia y Mika Mármol quieren el balón

Cuenta la leyenda que, en su primera reunión entrenador-jugador, Pep Guardiola y Víctor Valdés disertaban acerca de la forma de jugar que implementaría el nuevo jefe del banquillo del Barça en 2008, cuando se cocinaba uno de los mejores equipos de la historia del fútbol, una auténtica revolución imperecedera. Guardiola le dijo a su pupilo cómo quería hacer la salida de balón a través del portero y los centrales, tan cercanos ellos a su propia portería. Valdés proclamó: “Para eso la tienen que querer”. Guardiola estaba convencido. “No te preocupes, que de eso me encargo yo”, le respondió.

Esta anécdota, hecha pública por el propio Valdés, extendió sobremanera una ideario de inicio de juego que perdura hasta nuestros días. Por ejemplo en Las Palmas, donde una leyenda del Espanyol como Luis García se encarga ahora de su banquillo.

Resulta que García vino preparado a Las Palmas, consciente de lo que su nueva plantilla necesita. “Si nos dedicamos a pegar pelotazos y jugar de otra manera estamos descendidos en enero”, advirtió Kirian hace dos temporadas tras un partido contra el Betis. El equipo cambió su manera de proceder cuando llegó Diego Martínez el curso pasado, así que la caída a los infiernos solo era cuestión de tiempo.

Sea como fuere, el equipo insular tiene claras sus prioridades a la hora de actuar en fase ofensiva. Todo parte del eje de la zaga y la capacidad de Sergio Barcia y Mika Mármol, ambos centrales, de sacar el balón jugado. Lo quieren y no se complican. De hecho, según ofrece la métrica exacta de Besoccer, ambos superan el 88% de efectividad en el pase, por supuesto entre los 10 primeros de la categoría, 6º y 7º respectivamente.

Ambos, claro, son intocables para Luis García, por lo que no se han perdido ni un solo segundo en estas primeras cinco jornadas disputadas hasta la fecha. Cinco partidos en los que la propia UD quiso crecer a través de la posesión, muy inferior la suya ante Andorra (42,8%) y Córdoba (42,3%), pero tan superior contra Málaga (68,1%), Burgos (61%) y Real B (63,5%). La idea cala. La necesaria mejoría es evidente, algo imposible sin el atrevimiento y el querer de Barcia y Mármol desde su propia área.

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