Asedio sin premio de Las Palmas

No es que fuera su mejor partido, y eso que remató hasta 26 veces. Sin embargo, por más que lo intentara de todas las maneras posibles a imaginables, Las Palmas no pudo abrir la portería de una UD Ibiza que, por momentos, parecía fiarlo todo a la mala suerte grancanaria. El equipo de García suma su quinto empate en nueve jornadas y se mantiene invicto.

Consciente de que el liderato estaba en juego, salió Las Palmas decidida a acerca al Ibiza desde el inicio del partido, apenas tres minutos jugados cuando el equipo grancanario empezó a dar señales de una superioridad abrumadora. Con Pejiño como eje de su ataque, un experimento que no terminaba de salir bien, la primera gran ocasión amarilla llegó tras una falta provocada por el propio extremo gaditano, mas Viera la estampó en la barrera desde una posición franca para él.

Seguía percutiendo Las Palmas ante una sólida UD Ibiza, que si bien cedió descaradamente la posesión del balón, se pertrechó bien fuerte atrás esperando una contra sanadora, con Ekain y Nolito esperando su oportunidad. Le costaba a la hueste de García Pimienta horadar la roca celeste, por lo que el balón volvió a ser un buen recurso. Sin embargo, en esta ocasión fue Fuzato, luciéndose para regocijo propio, quien impidió al 21 abrir el marcador.

Se gustaban los locales en acciones aisladas, como en aquella combinación entre la defensa rival que protagonizaron Pejiño, Viera y Loiodice en una jugada más propia de la videoconsola. Sin embargo, la mejor ocasión del primer acto le tocó al Ibiza, cuando Fran Grima se encontró con un 1x1 con Valles pero remató demasiado alto.

A Las Palmas le seguía faltando claridad en el remate y muchas veces en el último pase cuando ejecutaba a la perfección el camino previo como aquel castillo de naipes que se desmorona cuando colocas la última carta. Así lo ejemplificó Moleiro en el descuento tras un precioso pase de Viera. Poco antes se había lesionado el árbitro, que tuvo que ser sustituido por Cambronero Fernández, que estaba en la banda haciendo las veces de cuarto colegiado.

Intensidad.

Subió la intensidad el Ibiza tras el paso por los vestuarios. No le quedaba más remedio para que el segundo acto se convirtiera en el suplicio que se le vino encima después. Tardó Las Palmas en carburar y eso que, en el minuto 56, Viera estampó una pelota en el palo izquierdo de Fuzato tras una estupenda combinación previa de Pejiño y Loiodice.

Tardó en carburar el anfitrión en la segunda parte, pero cuando lo hizo el asedio a la portería del Ibiza fue constante. La presión defensiva era caníbal y el bombardeo, más que constante. Cardona puedo regalarse un golazo a falta de 20 minutos, y poco después un pase de la muerte de Loiodice no encontró a ese rematador que solo tenía que poner la pierna.

Mientras, Jonathan Viera ofreció un nuevo espectáculo, en este caso un monólogo de fútbol, talento, calidad y pasión por ese escudo que siempre quiso vestir por más ofertas que le lleguen tanto a Las Palmas como al propio futbolista grancanario. En un ejemplo claro del mayor talento de la segunda categoría del fútbol español, una delicia suya teledirigida a más de 30 metros, acaso un beso volado, no le pudo llegar en mejor disposición a Álvaro Lemos, cuyo control se fue demasiado largo antes de encarar a un inquieto Fuzato.

Las Palmas seguía a lo suyo, intentando abrir el marcador por todos los medios posibles, pero no tuvo dicha oportunidad. Ni siquiera cuando un estupendo pase de Loiodice dejó a Clemente con todo a su favor, que no pudo rematar peor. También había entrado Sandro, excelente debut en casa el suyo, que se hartó de percutir sin éxito.

Así se fue diluyendo un partido en el que el abrumador dominio de Las Palmas no encontró el éxito merecido. Amasó el 63,3% de la poesión y remató 26 veces, por 3 del Ibiza. Sin embargo, el 0-0 coronó el Estadio de Gran Canaria al final del partido. Esta también es la grandez del deporte rey.