Ascenso, palabra tabú en Leganés

El vestuario quiere olvidarse del objetivo impuesto de un ascenso a Primera sí o sí para centrarse en el partido a partido y, como mucho, en atar la permanencia. La alta exigencia ha generado ansiedad.

CIERZO VISUAL
Licenciado en Periodismo en la Universidad Carlos III de Madrid, ha desarrollado su carrera entre la radio deportiva (Cadena SER) y la prensa escrita. Es, desde 2006, corresponsal del Leganés para AS.
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Las palabras ascenso o play-off se han convertido en tabú en el vestuario del Leganés, equipo llamado a principios de temporada por pelear en los puestos altos de la tabla en Segunda tras descender de Primera, pero que ahora está en los puestos bajos de la clasificación, los que amenazan con cambiar la categoría por la Primera… RFEF. Un panorama complejo de crisis que hace que los futbolistas pepineros no quieran saber nada del listón exigente que fijó la propiedad a comienzos de campaña. Nada de subir sí o sí. Ahora el sólo el siguiente partido y, en el mejor de los casos, la salvación.

Un volantazo que ya verbalizó a las claras Juan Soriano tras la derrota ante el Zaragoza, pero que venía desde hace tiempo merodeando las comparecencias públicas de los pesos pesados del equipo. “A día de hoy, el objetivo no puede ser ni ascender, ni playoff ni nada. El objetivo es el siguiente partido, debemos olvidarnos de playoff y de todo lo que sea mirar arriba. Tenemos que conseguir los tres puntos ya y olvidarnos de lo demás”, comentó el portero ante las cámaras de televisión.

Mejor el ‘partido a partido’

Su discurso lo comparte buena parte de un grupo que siempre ha considerado que este equipo podía estar arriba, pero que no veía con buenos ojos esa insistencia casi marcial de lograr subir por lo civil o lo criminal. Como si el único destino posible fuera plantarse desde la primera jornada en la zona noble, misión compleja en cualquier bloque y más en este Leganés que ha perdido buena parte del bloque que tenía la temporada pasada en la élite.

Es verdad que pensar en el ascenso ahora, en noviembre, es complicado, porque te puedes dar una hostia muy grande. Pero también le digo: veo a mis compañeros, veo al cuerpo técnico, y creo que tenemos que hacer mucho más de lo que hemos hecho”, reconocía Rubén Peña tras caer ante el Burgos a principios del pasado mes en Butarque.

“Cuando faltan tantas jornadas, pensar ya en el ascenso no tiene sentido. Hay que poner los pies en el suelo, empezar a sumar de tres en tres, y eso es lo que te da verdaderamente opciones” añadía entonces el segundo capitán blanquiazul, tratando de nadar entre dos aguas: la de mostrarse ambicioso pero, a la vez, no lanzar las campanas al vuelo para no generar ansiedad.

Duk y Figueredo disputan el mismo balón ante el Zaragoza. CIERZO VISUAL

Nervios en Butarque

Y es que fuentes próximas al vestuario insisten en que esa diferencia entre la exigencia del objetivo impuesto y la realidad de la competición ha sido la causante de un nerviosismo que el equipo ha pagado en casa, luciendo una ansiedad innecesaria por alcanzar ese listón especialmente ante su público.

“Mi única duda, siendo sincero, es que, como desde siempre nos cuelgan la etiqueta de que hay que ascender sí o sí... en fin, eso será con permiso de 21 equipos... eso puede hacer que aparezcan dudas fuera y eso repercuta en el vestuario. Porque esto es muy largo”, admitía en una rueda de prensa Paco López.

Más adelante el técnico matizó sus palabras (“Lo que quise decir es que, durante algunos momentos del partido, noté que nos costaba ser nosotros mismos”), pero la realidad es que aquella arrancada de sinceridad coincide con la visión de miembros del equipo.

Es verdad que el exceso de presión nunca es bueno, da igual el equipo o el ámbito. Quizá a nosotros nos está viniendo en contra. Pero tenemos que aceptar que somos el Leganés y, queramos o no, esa etiqueta la vamos a tener en el vestuario. Creo que lo mejor es centrarnos en el tópico del ‘partido a partido’”, reconocía Jorge Sáenz, primer capitán, tras perder frente al Almería (0-3).

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Opiniones que nadan todas en la misma dirección. El Leganés ya se ha olvidado de pensar en el ascenso para centrarse en la rutina de cada encuentro y, de esa forma, quitarse de en medio la ansiedad que genera saberse lejos del objetivo marcado por su descenso desde Primera y, sobre todo, la manera de conseguirlo que señaló un club demasiado optimista y exigente en sus visos de qué podía ocurrir en la actual temporada.

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