REAL VALLADOLID 2 - ELDENSE 0

Aprobados y suspensos del Pucela: Moro, Monchu y el alambre

Pezzolano se encomienda a los locos bajitos y a la ruleta rusa para vencer al Eldense, que tuvo dos goles anulados y dio algún susto.

LaLiga

El Real Valladolid sigue mirando hacia arriba. Caminando sobre el alambre, pero continuando en la empinada cuesta que pretende que le lleve al ascenso. Sigue así después de agarrarse a los locos bajitos, Raúl Moro y Monchu, para imponerse al Eldense, a quien anularon dos goles y que, igual que recibió alguna ocasión buena, también dio algún susto.

Masip: El Eldense obligó a que extremara las alertas, ya que si bien no le amenazó mucho, de primeras, en cualquier carrera pudo inquietarle. Una salida en falso en el tiempo complementario generó nervios, aunque nadie llegó a remachar. En el segundo gol anulado tampoco estuvo bien.

Luis Pérez: Suyo fue el servicio para el remate de cabeza de Monchu que se convirtió en la primera ocasión. Repitió en el gol del balear, agachando la cabeza para el testarazo. A pesar de la fortaleza del Eldense por su costado, estuvo a un buen nivel defensivo y cuajó uno de sus mejores partidos.

Javi Sánchez: Vivió lejos del área y tuvo presencia con balón, aunque quizás, en un partido así, se echó en falta que tratara de romper algo más en campo rival. En medio de la monotonía a la que abocó el rival con sus líneas juntas, buscó alguna sorpresa con cambios de orientación.

Tárrega: Fue bien al suelo para frenar una acometida de Dauda. A cambio, le concedió con un despeje defectuoso una clara oportunidad. Tuvo algún que otro problema a campo abierto con Chapela.

Escudero: A menudo, desde el principio, compartió zona de influencia con Oliveira para intervenir en las primeras fases del juego. Cuando el brasileño fue sustituido, acompañó a Monchu y a Meseguer en ese rol. Sólido en defensa, llegó alguna vez a zonas de remate.

Lucas Oliveira: Se inhibió en la salida de balón y buscó muchas veces ocupar aquel espacio en el que no molestar. Sin embargo, se atrevió con alguna entrega que rompía líneas. Sumó casi tantas pérdidas, 14, como pases buenos, 19. Dejó alguna sombra más que las luces.

Monchu: Ganó la partida al central para amenazar a Mackay, que hizo un paradón. No intervino en demasía con el esférico en una primera parte en la que el Pucela superó o rondó el 65% de la posesión. Intervino más en los mejores minutos de los blanquivioletas. De un cabezazo suyo vino el 1-0.

Meseguer: Asomó como interior derecho colaborando en la creación. Liberado por la posición de Oliveira, pisó mucho campo rival, como acostumbra. Tuvo un valle en el que apenas se le vio, pero en el empujón del equipo se mostró junto al ‘8′. Por sacrificio físico no fue.

Salazar: El Real Valladolid buscó hacerse más fuerte por su lado, pero algunos de sus primeros contactos no fueron muy limpios. Varias veces buscó el engaño al árbitro tirándose en zonas de peligro. Muy fallón, también en los minutos que tuvo en punta.

Biuk: Renqueante desde los primeros compases, a pesar de que intentó un desborde marca de la casa en los minutos iniciales. Pronto se llevó la mano a la ingle, lesionado, por lo que tuvo que ser sustituido antes de la media hora de juego.

Marcos André: Intentó mostrarse participativo en las caídas y apareciendo en los pasillos, desde donde trató de lanzar alguna ruptura a espaldas de los centrales. La indeterminación del equipo hizo que se difuminara su trabajo y se perdió. Vio una amarilla por protestar tras ser sustituido.

También jugaron en el conjunto de Paulo Pezzolano:

Raúl Moro: Salió sustituyendo a Biuk y estuvo casi inédito en la primera mitad. Buscó la escuadra en el primer balón que recibió en ventaja. Fue el único que intentó algo distinto. Por más que Pezzolano lo intente, es inexplicable que no juegue más.

Iván Sánchez: Bailó sobre la cal, aunque Marc Mateu no se lo puso fácil. Sus cambios de dirección hacia adentro y para invertir el juego propulsaron ambas bandas; también al barcelonés, al que buscó con frecuencia. Tímido a la hora de buscar algún disparo.

Kenedy: Jugó entre líneas, muy próximo a Salazar hasta su sustitución, y pasó luego a ser la referencia. Bregó más de lo que acertó, y para más inri, terminó lesionándose.

Boyomo: Se la jugó dejándola botar en un balón postrero al área, aunque estuvo sólido en los duelos y contundente en el resto de acciones.

Juric: Le tocó correr detrás del balón, pero, cuando lo tuvo, estuvo bien.

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