Aprobados y suspensos de un Espanyol resiliente

Joan. Sacó en largo con criterio, paró todas las que tenía que parar y volvió a dejar la portería a cero. Dudó en alguna salida por arriba, pero nada grave. Todavía menos para un jugador de su edad. El portero de futuro es cada día que pasa más un portero de presente.

Omar. Otro buen partido del lateral, que ya es titular indiscutible en este equipo. Si el Espanyol ganó en La Romareda fue en parte gracias a su trabajo. Defendió como el que más y peleó cada balón. Y no solo aportó energía, también acciones decisivas.

Víctor Ruiz. Partido correcto. Vio una amarilla que no le condicionó a él, pero sí a Manolo González, que lo sustituyó en la segunda mitad. Cómodo con Bakis, contribuyó a aguantar el cero en la portería mientras estuvo en el campo.

Cabrera. Jugador siempre en entredicho por parte de la afición, estuvo serio en defensa pero flojo con el balón en los pies. Probó demasiados desplazamientos en largo que no fueron a ninguna parte pero realizó buenas coberturas a la espalda del lateral.

Oliván. Otro de los damnificados del partido, acabó pidiendo el cambio por lesión. Antes de eso jugó un inicio de partido excelente, con dos centros y una asistencia demostrando todo lo que puede aportar un lateral jugando por banda. Algo que suena evidente, pero de lo que el anterior entrenador prescindió constantemente.

Rubén Sánchez. Estrenaba titularidad desde su regreso del Mirandés y se marchó lesionado demasiado pronto. Prácticamente no tuvo incidencia en el juego mientras estuvo en el césped.

Gragera. Imperial en la primera parte. Incomprensible que no haya jugado más esta temporada, pues es un perfil muy necesario en el centro del campo. Se diluyó con el paso de los minutos, como todo el equipo, y se echó de menos que tuviera más presencia con el balón. El Espanyol hubiese sufrido menos.

Keidi Bare. Jugó fuera de su posición, bastante más adelantado, con virtudes y defectos. Entró mucho más en contacto con el balón en fase ofensiva y fue importante para presionar la salida de balón del Zaragoza. Sin embargo, le faltó precisión para acabar de hilvanar buenas jugadas en ataque.

Aguado. Mejor en la primera parte que en la segunda, pero su mera alineación es ya una declaración de intenciones del entrenador. Fue el jugador más técnico del centro del campo pero le faltó un punto más de calma para conservar el balón.

Puado. No es ningún secreto que Puado es un delantero y que, jugando de delantero, su rendimiento es mejor. Un gol en la primera que tocó y capacidad de combinación arriba. El segundo mejor delantero del equipo

Braithwaite. Jair le amargó la tarde con un marcaje duro pero efectivo. Se marchó lesionado a la media parte para la angustia de todo el espanyolismo. Tuvo dos remates, pero ninguno muy claro.

Jofre. Muy activo, encarando siempre que pudo, le faltó salir victorioso de algún lance más. Su verticalidad es clave, pero el arbitraje, extremadamente casero, no le facilitó la vida.

Pere Milla. Buena segunda mitad del delantero, especialmente en tareas defensivas. Salvó bajo palos un gol cantado y se vació corriendo hacia atrás.

Melamed. Volvió a jugar, no lo hacía desde el 28 de octubre, en la mejor noticia de la tarde más allá del resultado. Tuvo una acción buenísima para generar el 2-0, pero el árbitro pitó una falta inexistente.

Sergi Gómez. Su salida fue clave para asegurar la victoria. Bien por arriba, contundente y sin fallo. Hizo exactamente lo que pedía el partido.

Óscar Gil. Salió por el lesionado Oliván y cumplió de sobras.

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