LEGANÉS

Al Leganés le persigue la maldición mínima lejos de Butarque

Las cuatro salidas del Leganés se han saldado con derrotas por 1-0. Y en todas siempre con goles provocados por fallos evitables. También con baja eficacia pese a tirar mucho.

CARLOS DIAZ RECIODiarioAS

Comenzó la maldición en Oviedo. Maldición mínima por pena máxima. El Leganés cayó en su primera salida del curso 1-0 (de ahí lo de mínimo) tras un error grosero que provocó un penalti donde todo, de principio a fin, pareció sacado de un manual del desatino. La guinda la puso Perea y una pierna inoportuna para bloquear a Borja Bastón, cometer falta y estrenar el casillero de un fenómeno curioso que lastra a los pepineros al fondo de la clasificación. Las cuatro salidas que ha tenido el equipo de Imanol Idiakez en lo que llevamos de curso se han perdido por el mismo resultado (1-0) y casi siempre repitiendo el mismo patrón: el gol encajado llega de un error (colectivo o individual) relativamente evitable.

Para colmo de desesperación pepinera, en esas cuatro salidas el Leganés ha ido mejorando progresivamente hasta firmar buenas actuaciones que, sin embargo, se han estrellado bajo el mismo muro, el de fallar en área propia en el momento más inoportuno.

Paradigma en Huesca

El ejemplo de la derrota del sábado ante el Huesca es quizá el mejor de todos. Los pepineros tomaron El Alcoraz por juego y ocasiones: 68% de posesión, 18 remates, un palo, un gol anulado… Pero nada sirvió para vencer después de que un simple saque de banda generara la acción del 1-0, una jugada en la que Kevin Carlos le ganó el salto a dos defensores pepineros, en la que Juan Carlos se deshizo sin problemas del marcaje de Raba y en el que ni Miramón, ni Dani Jiménez, ni Nyom pudieron despejar el balón simple que el propio Juan Carlos remató manso al fondo de la portería.

Fallo que casi se repite en la segunda parte, cuando tras el único acercamiento claro de los locales (paradón de Dani Jiménez), Juan Carlos de nuevo mandó al palo un remate blando dentro del área pepinera, agujero negro de las esperanzas blanquiazules en este inicio de curso.

Problemas en el otro área

Tampoco es que en el área rival brille mucho más la ilusión pepinera, pero en el código de lo futbolístico se suelen tolerar más la falta de desatino ante la meta contraria, que la falta de coherencia defensiva para proteger la propia. En Huesca, por ejemplo, el Leganés pudo marcar, por la claridad de las llegadas, pero en verdad sólo dos se materializaron como tiros entre palos. El gol anulado a Parzyszek enfadó mucho a la expedición pepinera, pero tampoco tapa que a los blanquiazules les cuesta un mundo marcar.

El Leganés remató 21 veces ante el Lugo.Pedro AgreloDiarioAS

Más sangrante en esta asignatura fue la incapacidad ante el Lugo. El Leganés llegó a rematar 21 veces para sacar cero goles. Y en aquel partido sí que llegó a rematar siete veces entre palos, pero no logró meter ninguno. El Lugo también llegó con relativa facilidad y marcó el 1-0 en una acción en la que Señé remató solo dentro del área. En Las Palmas, el error blanquiazul tuvo forma de mala salida de balón y falta de presión a Araujo para evitar el remate con el que marcó el único tanto del partido.

Cuatro 1-0 consecutivos que dibujan un equipo de mandíbula frágil en los momentos puntuales, incapaz de dejar su meta a cero (sólo ha conseguido una vez esta temporada, ante el Burgos) y que también ha coqueteado con la misma maldición en Butarque cuando, ante el Eibar, por poco no vio empatarle el partido en dos minutos del añadido.

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