Efeméride

20 años de un himno inmortal

El Córdoba CF conmemora el aniversario de la composición de Manuel Ruiz, Queco, encargada con motivo del cincuentenario de la fundación del club

A. D. Jiménez
MADERO CUBERO

“Sobre el campo, la verdad”, es la primera estrofa del himno del Cincuentenario del Córdoba CF. Y esta canción, que es una de las de mayor impacto sonoro en el fútbol español, cumple hoy 20 años desde que se escuchó por primera vez en el estadio de El Arcángel. Fue un 9 de enero de 2005 en un encuentro que el Córdoba perdió ante el Elche por 0-2.

Sin embargo, el resultado fue lo de menos. La letra y música compuestas por Manuel Ruiz, Queco, quedaron para siempre y no sólo en el cordobesismo. Se convirtió en una canción de Córdoba. Pasados esos 20 años, el Córdoba CF, en sus redes sociales, ha publicado un reportaje con declaraciones del autor.

Queco recuerda “con mucho cariño” el encargo del consejo de administración que por entonces presidía Enrique Orizaola. Y es que Queco también tiene una vinculación especial con el Córdoba “para mí fue un privilegio, porque tuve la suerte de vestir esa camiseta durante cinco o seis años. Fue una locura poder desarrollarlo, aunque me costó muchísimo”.

El compositor fue el elegido en función a éxitos musicales que habían salido de su puño y letra como el Aserejé o el Tengo, pero “hacer un himno que no fuera un topicazo y que llegara a los aficionados, porque era para que la gente lo cantase y lo disfrutase”. Por todo ello, reconoce que “fue un gran reto”.

Manuel Ruiz 'Queco', autor del himno del Córdoba CFMADERO CUBERO

En el camino que le llevó hasta El Arcángel tuvo dudas. Ahora desvela que “no llegábamos a tiempo y le daba vueltas y vueltas”. Pero finalmente vio la luz. Antes de ese 9 de enero de 2005, un 21 de diciembre de 2004 se lo presentó a la cúpula del club: “Vinieron los directivos a escuchar el himno a mi estudio. Estaba con muchos nervios y quería que la canción les impactara y llegara al corazón”. La resolución fue que “muchos de ellos lloraron”. Fue el preámbulo de la puesta de largo en el estadio que recuerda como “una emoción grandísima y quedará para siempre en mí”.

Como se dice ahora, el resto es historia. Pero lo cierto es que se ha convertido en todo un himno de una ciudad que considera que “no es muy cantarina”. Incluso, reconoce que “el Soy cordobés, de Los de Sierra Morena, se acerca más a eso, pero la juventud lo ha cogido con fuerza”.

Y prueba de ello son momentos que Queco también lo ha disfrutado. Especialmente, “cuando voy al estadio y lo canto con gente al lado que puede no saber que soy yo el compositor”. Y también guarda con especial cariño “el año del ascenso a Primera, porque fue una locura”. Incluso le agrada que “muchos artistas que vienen a la ciudad a dar un concierto lo cantan al final”. En este sentido, hay que recordar que se grabaron hasta tres versiones: una en chelo, otra solemne cantada por el autor y una coral donde participaron los artistas cordobeses del momento.

Y, sobre todo, lo que más gusta a Queco es que “ya no es una canción mía, porque ha frontera mística de la música. La gente lo ha hecho suya”. Hasta el punto de que hay debates sobre si se deben tocar palmas o no cuando se canta en el estadio. Queco lo justifica: “El Arcángel mantiene una serie de retardos no se lleva el tempo bien. Por eso, nacieron las palmas en mitad de la canción. Para que la gente se enganchara al tempo”. En todo caso, es una canción que llegó para quedarse y que, como dice en una de sus estrofas, invita “a tocar el cielo en Las Tendillas”. El lugar donde el cordobesismo celebra, pero que se ha extendido a cabalgatas de reyes, la Feria y hasta banquetes de boda.

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