San Mamés amarga a Setién

Quique Setién ha regresado a la Liga con ganas de pasárselo bien, de disfrutar lo que no pudo en el Barcelona tras sustituir a Valverde, al que no mejoró en nada en el Camp Nou. Pero ha llegado a un tren en marcha, sin el maquinista Emery y de momento no ha dado con la tecla. Ni en Europa ni en San Mamés, donde el Athletic se comió al Villarreal en la hora final, y cerró una etapa con cuatro partidos sin obtener la victoria., aunque fallando un puñado de ocasiones que le podrían haber dado una goleada. El que acertó fue Iñaki Williams, que sumó el gol 80 como león, los cinco de esta temporada han sido todos los que han abierto el marcador. Lleva 245 compromisos seguidos sin faltar a la Liga y en Ghana se ilusionan con este ‘fichaje’ para el Mundial. El nuevo preparador amarillo no volvió para esto, desde luego, para ver a su equipo torturado por un rival infinitamente superior. San Mamés le bajó a la tierra respecto al espíritu lúdico-festivo con el que aterrizaba en La Cerámica.

El técnico cántabro ha deducido, con toda la lógica del mundo, que si quiere hacer preso al balón entre los pies de sus jugadores, mejor tener a tres por dentro. Fomenta un 4-3-3, por lo tanto. En el bando local, Raúl García salía a la presión de los centrales como segundo punta y Parejo se quedaba muy libre para desplegar sus patentes, creaciones de verdadera clase. El Submarino tomó mejor el pulso al partido, creciendo desde el pase, aunque en ocasiones sobando el esférico en exceso, casi como si le quisiera quitar los colores. Los rojiblancos estaban incómodos, haciendo lo que no les gusta, correr detrás del balón, y se hacía imprescindible dar un paso más, añadir electricidad en la búsqueda del rival, echarse encima de la defensa, que daba señales de vulnerabilidad. Pero no convenía desnudarse mucho atrás, porque enseguida mostraban sus puñales Morales y Danjuma.

Sancet tuvo la primera, en el minuto 13, un disparito de Sancet que paró Rulli juntando los antebrazos. También lo probó Vesga. La réplica amarilla llegó inmediatamente después. Ambos coincidieron en los contratiempos a la media hora. Lo Celso tuvo un problema muscular y De Marcos sufrió dolores gastrointestinales. Los leones cambiaron de discurso cerca del descanso, empezaron a complicar la existencia al Submarino acumulando gente arriba y dando velocidad a los pases. La tropa de Setién se quedó huérfana del balón, a vivir en campo propio y ya no conectaba con las balas arriba.

Raúl es todo expresividad y vehemencia. Se jugó la roja después de ser amonestado por una protesta airada y de enfadarse aún tras un robo de balón posterior castigado con falta que no era ni por el forro. Por fortuna llegó el descanso, con empate a cero, un pulso entretenido, con pocas interrupciones, aunque las ocasiones claras brillaban por su ausencia. En esta era del bombo y platillo norteamericano en los estadios del mundo, San Mamés abandonó su compostura seria y tradicional en el intermedio con un concierto a pie de césped del grupo ‘Gatibu’, que demoró el inicio dl segundo período. Eso no lo lleva bien LaLiga, tan quisquillosa como es con los horarios

Pau Torres es un jugador con gran trato del balón, pero en el actual momento de la competición hay jugadores como Yeray que le superan ampliamente. Parece mentira que éste no se haya colado en la prelista de Luis Enrique. Tuvo el internacional tres fallos en la salida del balón que casi le cuestan un disgusto, por exceso de suficiencia. Acciones que desacreditan a cualquiera y más a un jugador de su posición internacional. De repente llegó una catarata de oportunidades, esas que tanto escasearon en los primeros 45 minutos: Raúl García, Yuri, Danjuma, Iñaki Williams... este inventó una gran media vuelta en el 55, pero taponó Rulli. A la segunda, ya no fallí. Cuatro minutos después, Raúl García metió un balón precioso en profundidad, Mandi se fue al suelo de forma absurda sin despejar el cuero y un excelente control de Iñaki le situó en disposición muy favorable ante la meta contraria. Su primer tanto como capitán, ya que cogió el brazalete cuando desfiló De Marcos. Rulo cogió la manija, Lekue estiró la banda derecha y el Athletic disfrutó de una tarde plácida. Vencedor tuvo la puntilla tras un regalo de Sancet, habría sido su primer gol en la élite, pero de nuevo repelió el disparo Rulli. Los jugadores de ataque encontraron zonas no ocupadas en el verde para recibir, girarse y montar endiablados ataques. Pero ante el rosario de ocasiones, demasiados errores en la definición. De todos modos, el Villarreal no encontró las cosquillas del enemigo ni con los cambios.