San Diego muere de pie ante los Whitecaps de Thomas Müller

El futbol es de merecimiento, aunque también de quienes luchan hasta el final y se quedan al filo del logro. San Diego murió en lucha constante contra unos Vancouver Whitecaps que silenciaron el hogar de los californianos con dos goles en menos de 11 minutos. Vancouver resultó ser un asesino silencioso que arribó a la cita final como víctima, pues no había conseguido ganar fuera de casa (en zona de Playoffs) hasta ahora.

Desde el minuto 7 se lucieron con gol de vestidor: la presión conjunta de Cubas y Berhalter desembocó en un balón servido para Brian White, que resolvió con sangre fría frente a Pablo Sisniega.

Al minuto 11 Thomas Müller, con la rutina de quien está hecho para las noches grandes, filtró un balón para Sabbi; el extremo sacó el remate y tras un desafortunado desvío en la cabeza de Sisniega llegó el 0-2 que silenció todo.. San Diego estaba desconectado, sin enlace desde el fondo hacia Bombino, ahogado por un rival intenso y contundente.

Los ‘Caps’ sofocaron por 45 minutos

El partido se ensució entre faltas, choques y reclamos. Incluso White, el hombre del momento, terminó derribado entre forcejeos. Pero cada balón dividido parecía seguir favoreciendo a los Whitecaps. Fue hasta que San Diego dio signos de vida—primero con Anders Dreyer, luego con Duah— que la visita volvió a golpear.

En el minuto 47, Ahmed destruyó toda la zaga local con un desborde de escándalo. Su centro encontró el pecho de White, que empujó el 0-3, su doblete lo hizo oficial: Vancouver danzaba al son perfecto.

La primera parte se fue con un golpe devastador, pero la segunda parte traía otra historia, igual de frenética y dramática pero esperanzadora.

Para intentar resucitar, Varas movió el tablero de inmediato: en el arranque del complemento mandó a la cancha a Hirving ‘Chucky’ Lozano, a Negri y a De la Torre… el efecto se notó desde la primera jugada. El mexicano, recién ingresado, empezó a pedir la pelota, a chocar, a exigir. Incluso cometió su primera falta al 49′, pero el mensaje era claro: San Diego no estaba dispuesto a morir sin pelear.

Vancouver, en cambio, no cedió un centímetro. Berhalter buscó de nuevo a White, aunque en fuera de juego, y Priso se encargó de cortar cualquier intento de Lozano. SDFC, pese a ello, empujaba. Tverskov probó desde fuera y, aunque su intento se desvió, despertó a la grada. La dupla que había llevado a San Diego hasta esta instancia —Dreyer y ‘Chucky’— comenzó a encender motores.

La esperanza diabólica: ‘Chucky’ fue el mejor de San Diego

Y llegó el instante que electrificó la final. Al minuto 60, en la jugada más caótica del duelo, Lozano encontró la pelota en un rebote tras una combinación con Dreyer y soltó un disparo que viajó entre piernas y desvíos hasta colarse dramáticamente en la portería canadiense. El 1-3 prendió fuego al estadio y devolvió el alma al club de expansión. Por fin, el cuadro local encontraba oxígeno.

El despertar californiano, sin embargo, abrió un partido de golpes directos: Sabbi estuvo a punto de firmar el cuarto para Vancouver, Cubas vio la amarilla y, minutos después, llegaría el episodio que desmoronaría por completo a SDFC.

Al minuto 78 Gauld se escapaba con potencia rumbo al arco, algo Sisniega percibió como el fin del mundo y, desesperado por mantener viva la final, salió a cortar y derribó al volante escocés. El árbitro no dudó: roja directa. San Diego se quedaba con diez y sin portero titular, obligando a Varas a sacrificar a Pellegrino para meter a Ferree.

Mientras los Whitecaps refrescaban líneas con Bovalina, Badwal y Nelson, San Diego resistía con orgullo. Lozano regaló acciones de peligro, Negri probó con un zurdazo que pasó cerca, y Dreyer persistió a la par de Duah.

Con seis minutos añadidos, Vancouver inició su cuenta regresiva hacia la historia. Y cuando el reloj marcó el 95’, se vitoreó el nombre del nuevo campeón: Vancouver Whitecaps. Thomas Müller está en la final de la MLS Cup.y su rival sería nada más y nada menos que Lionel Messi.

San Diego FC, digno en su caída, se quedó con un subcampeonato prometedor que resulta ser punto y aparte para la MLS. Es el inicio de una historia que será memorable.

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