Fútbol como medicina para olvidar el conflicto en Sudán del Sur
Sudán del Sur está plagado de continuas guerras internas entre tribus desde que se proclamó su independencia en 2011. Todo eran conflictos hasta que Médicos sin Fronteras realizó un torneo de fútbol con el objetivo de unir comunidades.
La ciudad de Abyei (Sudán del Sur) ha sido el escenario de una preciosa labor llevada a cabo por el equipo de Médicos Sin Fronteras (MSF), que ha hecho del fútbol una herramienta de unión para propiciar el compromiso de todas las comunidades locales de la ciudad, dentro de la cruda realidad que vive un país en guerra continua y asolado por una gran catástrofe humanitaria.
Para entender la gran labor de MSF, debemos conocer que Sudán del Sur está sumida en un abismo de destrucción, violencia y desesperanza. A pesar de su independencia en 2011, tras décadas de guerra civil, el territorio sursudanés sigue sufriendo las consecuencias de la inestabilidad y la falta de desarrollo. La población vive en condiciones de extrema pobreza, incapaz de satisfacer sus necesidades básicas. Decenas de miles de personas han perdido la vida y muchos han sido desplazados desde el estallido de un nuevo conflicto en 2013. En medio de esta crisis, organizaciones humanitarias como Médicos Sin Fronteras brindan asistencia médica y humanitaria en los campamentos de Protección de Civiles, donde miles de personas se encuentran atrapadas en un entorno hostil e insano. Sudán del Sur se debate entre la esperanza y la desesperación, mientras se lucha por aliviar el sufrimiento en este país olvidado.
El fútbol y su poder de unión
Abdulrahman Khaleel, coordinador del proyecto de MSF en Abyei, vio una oportunidad única de aliviar ese sufrimiento a través del fútbol. La idea era fortalecer los lazos entre MSF y la comunidad local, que aún se recuperaba de los conflictos que la habían dividido hace apenas un año. Su idea era sencilla pero poderosa: organizar un torneo de fútbol que reuniera a la gente. Médicos Sin Fronteras formó un equipo la semana previa al inicio del torneo y la máxima era clara: ser inclusivos. La plantilla estaba abierta a la participación de todos los miembros del personal, sin importar sus habilidades con el balón y sus capacidades atléticas. Esta diversidad generaba un sentimiento de pertenencia y unidad entre los integrantes.
“Desde que llegué al proyecto, noté que había una oportunidad para fortalecer las relaciones entre el personal”, comenta Abdulrahman. “Quería crear algo que capturara la atención de todos y nos reuniera en un solo lugar. Fue así como propuse la idea de formar un equipo de fútbol de MSF, integrado por personal de MSF, trabajadores del Ministerio de Salud y colaboradores de la organización. Este evento animó a la gente y logró cerrar la brecha entre los distintos miembros del personal que trabajaban en el proyecto. Nos aseguramos de que la participación en el equipo de fútbol fuera abierta para todos. De esta forma, creamos un espacio en el que cada miembro del personal se sintiera parte de algo más grande”.
MSF ha estado brindando asistencia médica en el Área Administrativa Especial de Abyei desde 1997. En 2006, la organización intensificó su trabajo en la zona, ofreciendo servicios médicos de urgencia, cirugías, atención materna y pediátrica, vacunación y tratamiento de diversas enfermedades. Tras la violencia intercomunitaria que estalló en Agok en febrero de 2022 y el consecuente desplazamiento de aproximadamente 70,000 personas, MSF trasladó sus operaciones de Agok a la ciudad de Abyei y al condado de Twic, continuando así su apoyo a la comunidad desplazada.
La idea de organizar un torneo de fútbol que incluyera a los equipos de la comunidad local se hizo realidad gracias a la colaboración de las autoridades locales y representantes juveniles. El torneo contó con la participación de 12 equipos locales, todos compitiendo en el mismo campo. MSF se encargó de la organización del torneo, intentando reformar el terreno de juego para dejarlo en las mejores condiciones, contratando árbitros y jueces de línea, e invitando a los equipos locales. El torneo se llevó a cabo durante varios días en junio y fue una gran atracción para la población local. Pero la magnitud del torneo fue tal, que los líderes comunitarios también eran habituales espectadores en los encuentros.
Esta iniciativa generó una oportunidad única para que el personal de MSF interactuara con la comunidad más allá de sus labores médicas diarias, creando vínculos más personales y fuertes. La participación y el entusiasmo de la comunidad generado por el torneo fue tal que superaron todas las expectativas, especialmente cuando el equipo de MSF saltó al campo, siendo el equipo más apoyado y cuya conexión iba más allá del ámbito médico. “Nos sorprendió gratamente la cantidad de personas de la comunidad que asistieron a cada partido, sobre todo cuando jugaba nuestro equipo”, comenta Khaleel. “En la gran final, contamos con la presencia de un numeroso público, incluyendo al jefe del gobierno local de Abyei. Nos impactó la atención que generó el torneo de fútbol y el impacto positivo que tuvo en la comunidad”.
Pese a que el resultado era lo de menos en este torneo cuyo fin era social más que competitivo, la final enfrentó al Ciudad de Abyei con el Mading Achueng (equipo de un pequeño pueblo ubicado al suroeste de la ciudad de Abyei llamado Mading). El ganador fue Abyei City que se impuso por 4-2 a los penaltis tras el empate a uno producido durante el encuentro.
Reena Sattar, encargada de las operaciones de recursos humanos de MSF en Sudán del Sur, tenía claro que asistir al torneo fue más que presenciar partidos de fútbol; fue un ejemplo concreto del compromiso de la organización con la comunidad: “Estuve aquí en febrero de 2022, justo después de los enfrentamientos intercomunitarios en Agok”, relata Reena. “Un año después, regresé para ver cómo se había pasado de la respuesta de emergencia a proyectos más estables en Abyei y Mayen Abun. En mi segundo día aquí, Abdulrahman, el coordinador del proyecto, me invitó a un partido de fútbol que habían organizado. Por supuesto, acepté de inmediato”.
Objetivo Cumplido
Abdulrahman recuerda a la perfección el momento en el que un miembro del equipo le confesó que, después del torneo, la gente local hablaba más de los partidos de fútbol que de las tensiones relacionadas con el conflicto reciente. Esto resalta el impacto positivo que iniciativas como esta pueden tener en el ánimo y la concentración de las personas. “Este tipo de actividades nos acercan mucho más a la comunidad y a los jóvenes”, afirma Abdulrahman. “Al organizar este torneo, enviamos un mensaje claro a la comunidad sobre quiénes somos. No olvidaré cuando un miembro del equipo se me acercó y me dijo: “Ha sido una gran idea. Ahora la gente habla del torneo, no de la guerra y el conflicto”.
El equipo de MSF ha trabajado en los últimos años de forma activa en Abyei con el objetivo de promover la diversidad, la equidad y la inclusión dentro del proyecto. Esto ha supuesto dar pasos en la dirección del desarrollo y se ha favorecido a un cambio en los roles de género y a la promoción del personal contratado localmente a puestos directivos a través de programas de capacitación y desarrollo. Reena agrega: “En Sudán del Sur, ahora contamos con mujeres conductoras y hombres comadronas; algo que hace una década era impensable. Gracias a la capacitación en el trabajo, cursos de gestión de personal y formación técnica, logística y médica de nuestro personal, hemos visto cómo los miembros del equipo han progresado desde posiciones básicas hasta cargos directivos. Además, esperamos avanzar hacia una toma de decisiones más inclusiva, involucrando aún más a nuestro personal contratado localmente en las decisiones operativas, ya que conocen la historia del proyecto y el contexto local”.
El balance tras la celebración del torneo de fútbol fue muy positivo, puesto que no solo se produjeron una serie de partidos con un clima muy atractivo, sino que representó la integración, el trabajo en equipo y la diversidad. Fue un ejemplo positivo de cómo el compromiso humanitario basado en la comunidad puede unir a las personas, fomentar la paz y la reconciliación más allá de las fronteras del deporte.