Puertas rescata al Eibar y entristece al Levante

Pocos partidos se pueden disfrutar tanto en Segunda División como en un Eibar - Levante. Desde tiempos inmemoriales, los duelos entre ambos azulgranas son sinónimo de goles, euforia y dramatismo desde el primer hasta el último minuto. Brugué inauguró la contienda superando a Jonmi en el 3′ de encuentro, mientras que Puertas lo cerró en el descuento. Tras un mayor dominio armero, en el que gozaron de ocasiones suficientes como para marcar más que en dos ocasiones, los granotas hicieron un ejercicio de resistencia, tras ponerse dos veces por delante. La finura de los de Calero en los metros finales, ejemplificada en Roger Brugué, tuvo que ser contraatacada con el convencimiento de un Antonio Puertas que no paró de intentarlo dentro del área. Sin tiempo para seguir surfeando la ola positiva que instaló la igualada del almeriense en el tramo final, armeros y granotas sellaron la paz para seguir sumando.

Últimamente Ipurua se abona a los goles tempraneros. Si en la primera jornada Bautista abrió la lata justo cuando se había cumplido el primer minuto de encuentro, Brugué hizo lo propio esta vez en el tercero, cuando muchos armeros todavía ni habían ocupado sus butacas. Una gran jugada combinativa en la frontal eibartarra, guiada por Kocho, acabó habilitando al ‘7′ con una vaselina delicada y este no perdonó batiendo por bajo a Jonmi. Desde ese instante, el guion del partido cambió por completó. El Levante vivió cómodo manteniendo un bloque medido en el que se encontraban pocas fisuras. Ante el planteamiento granota, el Eibar dio un paso adelante, se instauró durante muchos minutos en campo contrario y armándose de paciencia amenazó el área levantinista, aunque sin demasiado peligro.

Las ocasiones para los locales cayeron a cuentagotas. Bautista lo intentó hasta en tres ocasiones, Matheus lo probó desde la frontal, Pascual con la cabeza, y Puertas, hasta deslizándose por el suelo. No hubo manera. Los de Julián Calero se mostraron firmes ante el asedio prolongado de los de Etxeberria. Con dos líneas muy juntas, que eran divididas por un Oriol Rey que se propagaba en tareas defensivas, al equipo armero le costó tener la finura necesaria para encontrar y aprovechar ese espacio. Y mientras el público se impacientaba con la demora de Andrés Fernández en sacar desde su meta, el encuentro se fue al descanso.

En esas, Ipurua entró en calor. Las más de 5.500 almas que se dieron cita en el coliseo eibartarra, alentaron a su equipo con el objetivo de darle la vuelta en el segundo acto. Deseo concedido. Antonio Puertas se vistió de Brugué, y a las primeras de volver a entrar en contacto con el césped, encontró la portería rival. Una acción individual de Guruzeta, que tras deshacerse de su par con un autopase majestuoso, fue suficiente para asistir a la llegada del atacante almeriense. El ‘20′ armero entró como un tren de mercancías en el primer palo para hacer la igualada y poner patas arriba Ipurua. Con la papeleta de hacer olvidar a una leyenda como Stoichkov (de visita en la grada), el ex del Granada está respondiendo a las mil maravillas. Se mueve como pez en el agua cerca del área y goza de olfato para encontrar situaciones de remate. Más tarde volvería a intentarlo, pero esta vez se cruzó Andrés Fernández en su camino.

El Levante perdió parte del control que mantuvo en el primer acto, asumió el ida y vuelta que proponía el Eibar y ambos conjuntos se la jugaron a cara de perro. El partido ganó en intensidad, se propagaron los errores y los acercamientos cada vez eran más peligrosos. Toni Villa lo intentó en varios disparos desde el borde del área, Arbilla desde dos faltas lejanas, pero el que acabó acertando nuevamente fue la delantera levantinista. Los genios se volvieron a juntar en la frontal. Carlos Álvarez filtró un balón medido para el desmarque de un Brugué que con tacón sutil le dejó en bandeja el gol a Iván Romero. El ambiente se congeló al momento. Hasta que el descuento entró en escena. Ese tiempo de alargue que tan mala pasada le jugó en la jornada anterior, esta vez sí fue beneficioso para los armeros.

En una segunda jugada de un saque de esquina, Antonio Puertas cazó el balón suelto que rondaba por el área. ¿Quién si no? En un dulce estado de forma selló su tercer tanto como armero para enloquecer Ipurua y luchar hasta el último segundo por hacerse con los tres puntos. Finalmente, no hubo tiempo para más. Por vez primera, en los enfrentamientos directos entre Etxeberria y Calero, el empate se impuso como resultado final. Tanto eibartarras como levantinistas salieron satisfechos con un punto que les suma hasta los 5 en el casillero. Ambos siguen sin perder, continúan recuperando la forma y muestran a la Segunda División que un año más estarán en la pomada.

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