BARCELONA

Xavi encuentra un enemigo

El entrenador pone el foco en la prensa, “exagerada y muy crítica en su opinión”. Su mensaje no sorprendió a quienes le conocen.

Seguramente animado por la victoria y liberado después de sufrir una tensión por encima de lo normal en el partido contra el Alavés, Xavi disparó una y otra vez contra la prensa, “muy crítica y exagerada”, en los ‘flash interview’ y la sala de prensa este domingo. Sus palabras no sorprendieron a quienes le conocen. El entrenador suele estar muy pendiente de los mensajes y, especialmente, del relato que se impone en los medios. Y Xavi se sentía señalado después de la derrota en el Clásico y, especialmente, por los dos malos partidos en el Reale Arena y Hamburgo. Con diferente resultado, pero las mismas pésimas sensaciones en el juego. SER Catalunya llegó a dejar caer el pasado jueves que los directivos que habían viajado a Alemania se habían mostrado críticos con una alineación que había impedido que el Barça sumase un triunfo que, económicamente, reportaba 2,8 millones de euros a las maltrechas arcas el club. Alguno se había permitido dejar caer un “menos mal que no viajó el presidente”, por el enfado que hubiese supuesto para Laporta, en caliente, ver al equipo ‘in situ’ dar tan mala imagen y perder contra el Shakthar.

Xavi cosió un discurso extraño. Por un lado, se jactó de estar muy tranquilo por haberse aislado de los medios de comunicación desde el jueves. Por otro, aseguró que, “sin duda”, las críticas afectaban a sus jugadores (“estaban más tensos de lo normal por todo lo que se genera alrededor del equipo”), aunque fue el primero en señalar a Gündogan en la acción del 0-1 (se quejó públicamente de ese y otros regalos en el principio de curso); y en un tic clásico ya en sus comparecencias, se remontó a su época de futbolista: “En el descanso les dije que tranquilidad, que aquí nadie se come a nadie. A mí también me dijeron que era el cáncer del Barça y estoy aquí de entrenador”.

Las palabras de Xavi chocaron pocos minutos después con las imágenes de Lewandowski, negándole la mano a Lamine Yamal después de una acción del chico de 16 años, en un episodio que seguramente genere mucha tensión para un recién llegado, especialmente si viene de una vaca sagrada. Mientras Lamal, con lógica, es un protegido para los medios por su insultante juventud, en el césped recibió toneladas de tensión de un veteranísimo.

Según informó RAC-1 después del partido ante el Alavés, en el vestuario del Barça se habría instalado de un tiempo a esta parte un mensaje que considera a la prensa un enemigo exterior. Algo así como el intento de encontrar alguien contra conjurarse para poder cerrar filas dentro del vestuario. Una manera de hacer casi tan vieja como el fútbol para que la caseta vaya en la misma dirección.

Xavi aseguró que el año pasado vivió momentos “mucho peores”, pero lo cierto es que después del partido contra el Shakhtar no pudo evitar un runrún que le situaba en el centro de la escena, como foco de atención en la secretaría técnica y la directiva, preocupados por los pocos progresos futbolísticos que se advierten en el equipo. El resultado contra el Alavés dará paz a Xavi. Le esperan partidos que van a medir el estado real del Barça. Además del Oporto en la Champions, con la primera plaza del grupo en juego, Atlético de Madrid y Girona en Montjuïc en partidos decisivos para seguir en la pelea por revalidar el título de Liga. Momentáneamente, parece haber encontrado un enemigo.

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