Vivir sin Bellingham
El Madrid sobrevivió a un día gris del inglés que afectó a su producción ofensiva. Ancelotti le quita peso: “Si marca, es un plus. Pero no debe sorprender si no lo hace”.
El 2024 no ha empezado del mejor modo para Jude Bellingham. Tampoco del peor, ni mucho menos, pero el primer partido del inglés este año dejó ver una versión gris, sin chispa, sin apenas llegada y que lastró las opciones ofensivas del Real Madrid. El equipo blanco encontró el hueco para vencer al Mallorca en casa gracias al eterno pie derecho de Modric y la parte posterior de la cabeza de Rüdiger, pero no cabe duda de que a los de Ancelotti les cuesta vivir sin el mejor Bellingham.
Con la estadística en la mano, no fue un partido tan borroso del británico: fue el quinto madridista en intervenciones (88), remató dos veces, una entre palos, dio 52 pases buenos de 61 (el 85%, cifra algo lejana a las de los otros medios) y acertó en los tres regates que intentó... Fue una cuestión de sensaciones, de falta de chispa y de constante sensación de incomodidad, un diagnóstico con el que coincide Javier Aguirre, técnico del Mallorca: “Con la línea de cinco no estaba cómodo, no tenía espacios. Con tres centrales estamos bien protegidos para ese tipo de rupturas en ataque. Pero si no es él, es Brahim, o Kroos, o Modric...”.
En Vitoria Bellingham ya anduvo lejos de su mejor nivel y el Madrid lo notó: sólo nueve tiros en total, cuatro entre palos y apenas dos grandes ocasiones. Frente al Mallorca probó más suerte desde lejos (17 remates), aunque con poca puntería (cinco entre palos) y con una única gran ocasión de gol. Ancelotti ideó desde el verano un sistema en el que, tras la marcha de Benzema, Bellingham sea el faro ofensivo del equipo, un finalizador por sorpresa con cifras impropias de un centrocampista: 17 goles en 22 partidos. Pero cuando al ex del Dortmund no le salen las cosas, el Madrid lo nota.
Carletto, con todo, le quita hierro al asunto, haciendo patente lo evidente: nadie podía contar con esa montaña de goles que Bellingham ha aportado hasta ahora. “No tiene que sorprender que no marque goles, tiene que trabajar y ha trabajado. Cuando marca, y marca muchos goles, es un plus. Su partido ha sido el de todos los atacantes, como Vinicius y Rodrygo. Ha faltado un poco de acierto y un poco de frescura”, analizaba tras el encuentro el técnico italiano, que ya le andará dando vueltas a otra situación inminente: un duelo en el que no pueda alinear al británico. Con cuatro amarillas en Liga, está a las puertas de cumplir ciclo de amonestaciones.
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