Vinicius supera el prejuicio

Vinicius, Vinicius, Vinicius y más Vinicius. Así, hasta cuatro veces seguidas. Como cuatro han sido los goles que el carioca ha marcado de manera consecutiva para el Madrid. Desde el doblete que hizo en Mestalla hasta el tanto que inauguró el marcador ante el Celta, pasando por el que dio sosiego al Bernabéu ante el Leipzig, llevaron la rúbrica suya.

Vinicius se ha convertido en un definidor. Tira menos que en sus inicios en el Madrid, pero ahora lo hace con una eficacia excelsa. En su primera temporada necesitaba 22 intentos para hacer gol. En su segundo año, 10. Esta campaña hace diana cada poco más de cinco tiros. Su efectividad es del 19%, muy cercana al 19,5% que registró hace dos temporadas. Eso significa apenas cinco tiros intentados por cada gol. O lo que es lo mismo, necesita la cuarta parte de ocasiones para acertar.

Buena muestra de ello es la dinámica que lleva: sólo ha necesitado siete intentos para transformar los cuatro goles que ha hecho en los últimos tres partidos. Un Vinicius nuevo. Esta temporada promedia dos goles cada tres encuentros. Números dignos de un depredador del área. Vinicius, de 23 años, pone la directa en la fase decisiva de la temporada, un tramo del calendario en el que todos los focos se posan sobre su figura. Todo un líder que ha asumido esos galones.

El brasileño ya es, con 16 dianas, el segundo máximo goleador de la temporada, tras Bellingham. Desde que se recuperó de la lesión que sufrió en el parón FIFA de noviembre, ha marcado diez goles y dado tres asistencias en los 14 partidos que ha disputado.

“Estoy muy contento, intentando estar en mi mejor versión. Es una alegría estar a este nivel en este momento de la temporada, justo cuando llegan los mejores partidos. Quiero seguir así... y ojalá sin lesiones, que me dolieron mucho esta temporada”, comentó Vinicius en los micrófonos de Real Madrid TV tras el partido contra el Celta.

La frialdad de los números esconde la relevancia de esos tantos. Esos diez últimos goles suyos han tenido trascendencia en el resultado final de los partidos. Y a mayor magnitud del escenario, mayor ha sido el golpe del goleador de la Decimocuarta. Hizo un hat-trick al Barcelona en el Clásico de la final de la Supercopa. Palabras mayores.

Ante el Valencia, con todo el ruido alrededor de él por lo que suponía su regreso a Mestalla, anotó su doblete para empatar el partido y que pudo haber contribuido al triunfo blanco de no haber sido por el abrupto final decretado por Gil Manzano. Los azulgrana (seis goles) y los che (ocho) son sus víctimas favoritas. Entremedias, tuvo un papel estelar con un gol y dos asistencias en el trascendental duelo (4-0) por el liderato contra el Girona.

Sea por lo que aporta, por lo que hace o por lo que dice, Vinicius es siempre objeto de escrutinio. También ha visto tres amarillas en los tres últimos encuentros por situaciones adyacentes al juego. Ancelotti salía en su defensa antes del enfrentamiento ante el Celta. “No he encontrado un jugador perseguido como él. Le dan patadas, le pitan, le insultan... ¿Qué tiene que hacer? Hace goles y da asistencias. Todo el mundo debe cambiar la actitud con Vinicius. Nunca ha pasado que un jugador de gran talento sufra esas cosas”.

Imagen contra el racismo

Al sublime momento de juego por el que atraviesa se une la fuerza que ha dado a la lucha que enarbola contra el racismo. Una causa que tendrá un acto central durante el inminente parón de selecciones.

El martes 26 (21:30) España y Brasil se enfrentan en un amistoso contra el racismo en el Bernabéu promovido por ambas federaciones después de los insultos racistas que el 7 blanco recibió la temporada pasada en Mestalla.

Un encuentro de hermanamiento a la vez que reivindicativo, que proyectará mundialmente la imagen de Vinicius como abanderado de la lucha contra el racismo. Será una de las facetas de un partido en el que Vinicius será caleidoscópico: activista, visitante a la vez que anfitrión y también cicerone.

Porque el amistoso levanta expectación también por el debut en el Bernabéu de un Endrick que tendrá a Vini y Rodrygo como padrinos de la perla del Palmeiras. Un escenario que pondrá de relieve el creciente aura de estrella de Vinicius.