Valverde 3.0

Primero pajarito, luego halcón y Valverde sigue evolucionando. Con menos foco que el pasado año, porque no hay mayor altavoz que el gol (un tanto esta temporada, por los 12 de la pasada, ya anotados a estas alturas). Pero tanto o más intocable para Ancelotti. Si en la 2022-23 fue el tercer futbolista más utilizado por Carletto (4.402′, tras Vinicius y Courtois), en la 2023-24 lidera con físico de hierro la tabla (2.838′, por los 2.594′ de Rüdiger, los 2.274′ de Rodrygo...). Menos pólvora, más madurez, más consistencia. Una versión 3.0. En su vuelta a la sala de máquinas recupera y pasa más, pierde menos balones, es el centrocampista que más conduce de LaLiga...

Vallecas fue buen ejemplo. Joselu abrió el duelo a los tres minutos, asistido por un Valverde que cabalgó la banda en un contragolpe. Y también acarició el charrúa su propio gol con un zapatazo lejano que se estrelló con la madera. Pero, como durante toda la temporada, Fede fue todo lo demás. Sacando a los porteros de la ecuación, fue, empatado con Óscar Valentín, el mayor ladrón del encuentro (seis recuperaciones), completó más envíos en el último tercio que nadie (21) y sólo Nacho dio más pases que él (74 del capitán, 60 el uruguayo). No fue el mejor día para el equipo blanco, pero el 15 estuvo en todas partes. Como casi siempre.

Cuando las lesiones han dejado a Ancelotti sin pivote (lesiones de Camavinga y Tchouameni), el italiano dibujó uno doble: Kroos-Valverde. Éxito, con el segundo como escolta del primero. Toni dirigiendo y Fede priorizando las garras a las alas. Un mosquetero que apuesta por el uno para todos. Porque en condiciones normales, como interior, ha disparado su rendimiento. Carletto le ha pedido que potencie su capacidad para romper líneas con conducciones. Dicho y hecho: 9,1 progresiones con balón, líder entre los mediocampistas en LaLiga, frente a las 4,1 de la temporada de su explosión goleadora.

Y está firmando su mejor curso como arquitecto: promedia 59,9 pases con éxito por 90 minutos y 36,5 pases exitosos en campo contrario, superando su techo en ambos campos con holgura y sólo pierde 5,8 balones, por los 7,7 de las dos campañas previas. Una mayor participación en el juego y riesgo en la conducción no se ha traducido en una merma en la precisión y el control, al contrario.

Comodín

Sigue buscando portería con relativa asiduidad (1,7 tiros por cada 90′, apenas 0,2 menos que el curso pasado), pero la efectividad sí que ha resentido notablemente. No es algo que preocupe a Ancelotti, pues las tareas de este nuevo Valverde son otras. Un sacrificio personal en pos del beneficio colectivo. “Es difícil saber cuál es su mejor posición, es muy útil en todas. No está tan claro, me ha dicho que le da igual donde jugar. Y a mí también. Lo importante es que pueda jugar, es indispensable”, decía el de Reggiolo en la víspera del derbi copero. Sin medias tintas. Ya sea como falso extremo, interior derecho o pivote, Valverde y diez más.