El Valencia no sale del pozo

EI Valencia sale de los puestos de descenso, aunque por los pelos del goalaverage. Es decir, sigue en el pozo. Baraja ya avisó que de dónde se metió en el inicio de Liga no se sale en dos días. Entre otras razones, es lo que tiene sus problemas de creación, su falta de gol. Está claro que va a necesitar a Rafa Mir, ahora que ha cumplido su castigo deportivo. El punto obviamente le sabe mejor a Osasuna. Es lo que tiene haber sumado 11 puntos en siete jornadas. Los rojillos se conformaron desde el pitido inicial con no perder en Mestalla y solo con la salida de Budimir pisó (algo) el área de Mamardashvili.

Ni Rubén Baraja ni Vicente Moreno quisieron tocar de salida sus respectivas salas de máquinas. Les funcionó ante Girona y Las Palmas y para qué cambiar. Así Pepelu volvía a tener de compañero a Barrenechea, que apunta a ser pareja de hecho hasta que el Aston Villa diga lo contrario y reclute al argentino, mientras que Moncayola, Torró y Aimar Oroz actuaron como corazón y pulmón rojillo. Así las únicas vaciaciones, más en Osasuna (Peña, Raúl García y Moi Gómez) que en el Valencia (solo Almeida por Guerra) se vieron en la parcela ofensiva.

Lo mejor de la tarde hasta el descanso es que no hizo ni frío ni calor. De fútbol, poco. O nada. Mestalla únicamente reaccionó a dos detalles de Andre Almeida, un disparo de Rubén Peña, una arrancada de Rioja y a los cánticos de “Peter, veye ya”. Valencia y Osasuna tuvieron más respeto que talento, más preocupación por cerrar espacios que por crearlos. Y si de por sí el ritmo del partido no era lento, que lo era, ya se encargaba Sergio Herrera de hiptonizar el balón cada vez que lo tenía para ponerlo en juego.

El segundo capítulo fue bastante más entretenido, aunque huérfano de talento. El Valencia dio un paso al frente y consiguió meter a Mestalla en el partido (también Ortiz Arias, al que se le reclamó la expulsión de Torró y un penalti por manos que no era de Budimir). Pero Baraja tiene trabajo por hacer en la creación. Su equipo corre, presiona, lo intenta, busca centros... pero en los metros finales se aturulla o no llega. Solo un disparo entre palos, de Dani Gómez que taponó bien Sergio Herrera. Ni la vuelta de Fran Pérez ni la de Hugo Duro le sirvió para ganar. De hecho Osasuna, con la entrada de Rubén y Budimir, fue acercándose a Mamardashvili. Pero ahí, en defensa, este Valencia sí se empieza a parecer al que era.

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