VALENCIA

Valencia-Baník Ostrava: la noche de pantanà de Tous

A las 19:15 horas del 20 de octubre de 1982 el pantano de Tous no aguantó la fuerza del agua y acabo cediendo; a esa hora, en Mestalla, se jugó un partido bajo un torrencial de lluvia que debió ser suspendido.

“Valencia tiene grabada en su historia, como una herida, la tragedia de la riada en la noche del 13 de octubre de 1957. Ese es un día que no olvidarán los que lo vivieron y al que hay que unir por desgracia, ahora, este 20 de octubre, un cuarto de siglo más tarde. El agua volvía a causar horror en la comarca, tras haberse mostrado increíblemente cicatera con ella los meses anteriores. Cuando las bocas del cielo se abrieron llegó el drama”. Así comenzaba su crónica para AS el periodista Luis Arnaiz, presente en Mestalla la noche del 20 de octubre de 1982, hace hoy 40 años, el día de la “Pantanà” de Tous, una riada que se llevó la vida de 8 personas y causó el caos en la comarca de la Ribera.

“Sabíamos de que en algunos pueblos estaba habiendo inundaciones, aunque no teníamos ni idea de lo que realmente estaba pasando en Tous (la ruptura de la presa)”, comenta 40 años después Robert Fernández, titular en aquel partido de Copa de la UEFA contra el Baník Ostrava, que recuerda “perfectamente la tromba de agua que nos cayó aquella noche”. El encuentro se celebró con apenas 7000 aficionados en la grada y en unas condiciones “lamentables”, enfatiza Javier Subirats, también protagonista aquella velada.

“Nosotros no teníamos ni idea de lo que realmente estaba pasando en Tous”

Robert Fernández

Las lluvias torrenciales durante la madrugada del 20 de octubre de 1982 llegaron a superar los mil metros por metro cuadrado, dañando las instalaciones de la presa de Tous. Las compuertas quedaron bloqueadas, la tormenta no cesó y a última hora de la tarde de ese miércoles la estructura de la presa se agrietó. El agua, a ritmo de 16.000 metros cúbicos por segundo, arrasó todo lo que pilló en su camino, provocando inundaciones en una treintena de pueblos en su trayecto de más de 6 metros de altura.

Ximo Chafer se quedó incomunicado en Gavarda

Ximo Chafer, un joven portero que militaba en el filial del Valencia y que había sido citado por Manolo Mestre para el partido contra el Baník Ostrava, no pudo incorporarse a la concentración precisamente por los problemas que encontró para desplazarse hasta Valencia desde Gavarda, municipio donde nació y residía, situado a poco más de 10 kilómetros de la presa de Tous. Gavarda y Sumacárcel fueron las dos localidades más afectadas por la riada, quedando gran parte de su casco urbano bajo el agua y obligando después a reconstruir parte de la localidad en una nueva ubicación. “Ximo iba a debutar ese día, porque así nos lo había dicho Mestre, pero se quedó sin poder venir”, recuerda Arias.

“Las condiciones en las que se jugó el partido eran lamentables”

Javier Subirats

Valencia capital, aquella noche de 1982, no se inundó, en gran medida por las infraestructuras creadas a raíz de la riada a la que hacía mención Luis Arnaiz en su crónica, la de 1957, en la que Mestalla se convirtió en una laguna y en la que fallecieron 80 personas en la ciudad. Pero las lluvias torrenciales de esa tarde del 20 de octubre fueron incesantes. “Yo creo que no se suspendió porque era un partido de Copa de la UEFA y ni el árbitro ni el equipo rival querían tener que estar más días en Valencia o tener que volver a viajar”, apunta Robert Fernández, que comparte con AS fotografías de su archivo personal de aquel día en la que se le ve envuelto en toallas en el banquillo para secarse.

Archivo personal de Robert Fernández, con fotos de aquella noche contra el Barik Ostrava

En este sentido, Luis Arnaiz reflejaba en su crónica: “Ni debió jugarse, pero las consecuencias de una suspensión pesaron más de lo que imponía la lógica. Cuando se inició el encuentro, el césped era una laguna, que fue sometida a una lluvia constante durante dos horas y a veces hasta torrencial”. El partido estuvo interrumpido durante 50 minutos. Durante el tiempo de descanso, la lluvia creció en intensidad y por megafonía se avisaba a los espectadores presentes que se refugiaran en los vomitorios. Los jugadores llegaron a salir al césped, aunque a los dos minutos el colegiado austriaco Brummeier les mandó de nuevo a la caseta. “Este partido debió haberse suspendido”, decía tras el encuentro el entrenador del Valencia Manolo Mestre. De idéntica opinión era su colega checo Svzen Hadamzik: “No debió reanudarse el partido”. Pero lo hizo.

“Fue un asco de partido, imposible jugar ahí a nada, pero los árbitros dijeron que sí o sí había que terminar el partido y eso hicimos”, recuerda Ricardo Arias. Los operarios del Valencia estuvieron durante el descanso y en los 50 minutos de interrupción achicando agua del césped con todo lo que tenían a mano, palas, escobas, cubos, inclusive tuvieron que pintar de nuevo las líneas del terreno de juego “porque cuando íbamos a volver a jugar no se veía ninguna”.

La lentilla de Welzl

El Valencia ganó con un gol de Kurt Welzl en el minuto 43 tras pase de Kempes. El austriaco se resarcía así de la decisión del club de dejarle inicialmente sin ficha porque el cupo de extranjeros lo completaban Kempes y Arnesen, si bien este se lesionó de gravedad y días antes del encuentro inscribieron a Welzl. Arias recuerda una anécdota de ese gol: “Cuando fuimos a abrazarle, le vi mirando el barro con desesperación… ‘he perdido una lentilla’, nos decía, como si entre el barro y el agua fuéramos a encontrarla”.

José María García y el “punto neurálgico de la noticia”

Aquella noche, en la grada de Mestalla, estaba presente por primera vez Miljan Miljanic, al que el Valencia quería fichar como entrenador pero él antes de decir “sí” quería ver en acción al equipo y conocer la ciudad. La lluvia hizo que Miljanic tuviera que cambiar su plan de viaje. El aeropuerto de Manises estaba cerrado por el torrencial y su avión aterrizó en Barcelona, siendo una odisea el trayecto por carretera hasta Valencia.

También tuvo problemas para llegar hasta Valencia desde Madrid el periodista de radio Gaspar Rosety. Él tenía que narrar el partido de fútbol. Pero por la noche, a él y al compañero de Valencia Vicente Furió, Jose María García les instó a acudir al “punto neurálgico de la noticia”, que no era Mestalla sino las inundaciones. Así, Rosety y Furió, como recoge Vicente Ferrer en su biografía “Buenas noches y saludos cordiales: José María García. Historia de un periodista irrepetible”, fueron de los primeros en informar a nivel nacional que la presa de Tous había sido destruida por la fuerza del agua.

El 21 de octubre de 1982 amaneció con toda una comarca de la provincia de Valencia inundada. Fue entonces cuando el mundo comenzó a darse cuenta de las horas de pánico que se vivieron en las localidades donde el agua de la presa de Tous arrasó todo lo que se cruzaba por su camino. Esa misma mañana, el Valencia CF y el FC Barcelona ofrecieron a “todos nuestros futbolistas” para disputar un amistoso con el que recaudar fondos para los damnificados. Ahí ya sí que el partido contra el Baník Ostrava, si alguna vez importó algo durante la fatídica tarde del 20 de octubre, pasó al olvido.

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