Una planificación insostenible

A fuerza de nadar a contracorriente durante los partidos, ha acabado el Espanyol por contradecir todos los principios de la lógica también en su planificación. Y por desoír todas las advertencias. Incluso las de su propio entrenador, quien el sábado tras el 2-2 ante el Girona elevó un grado más su retahíla de mensajes hacia la dirección deportiva: “Espero que en el mercado de invierno no cometamos el mismo error que en verano”, sentenció Diego Martínez. La realidad, una vez se ha encendido hasta la alarma roja de las posiciones de descenso, es que la plantilla actual se antoja insostenible para luchar por la permanencia.

El debate no radica ya en la calidad de muchos de sus jugadores, como es evidente con los nueve goles de Joselu Mato, la jerarquía de Sergi Darder o el liderazgo de Vinicius Souza en algunos ránkings de LaLiga, como sobre todo en si es suficiente con tener un once de garantías, cuando el fondo de armario es exiguo y existen posiciones directamente despobladas. Como el extremo. Ante el Girona, sin ir más lejos, solo había disponibles 16 futbolistas del primer equipo, entre ellos un Joan García que no ha debutado en esta Liga o un José Carlos Lazo testimonial.

Lo reprobable de esta precaria situación es que viene el Espanyol de implementar una supuesta revolución en el pasado mercado estival, desde que Domingo Catoira tomó el mando de la dirección deportiva, con hasta 27 movimientos entre altas y bajas, la rémora del mal gestionado caso Raúl de Tomás, un vestuario renovado prácticamente al 50 por ciento y, aun así, el reconocimiento de que algunas demarcaciones habían quedado pendientes de reforzar, y que se debería trabajar en ello aprovechando el parón mundialista que comenzaría en noviembre.

Cuatro meses después, ha sido capaz el club de cerrar el fichaje de César Montes, que a punto había estado ya de llegar el último día del mercado de verano, y nada más. Ni extremos, ni mediocentro, ni portero, y déficit de laterales, a falta de tres semanas para que se cierre otra ventana de incorporaciones. La definitiva para acometer el objetivo de la permanencia. De poco sirvió que antes incluso de que la competición se detuviese por la Copa del Mundo, se sentaran las bases del mercado en una reunión entre Catoira, Martínez y el presidente, Chen Yansheng. Se fichará, en propiedad o mediante cesiones, pero con las prisas nunca recomendables.

De 1,5 millones a seis

A diferencia de aquel otro enero con el descenso como amenaza, el de 2020, en que Chen desembolsó 41 millones entre De Tomás, Leandro Cabrera, Adrián Embarba y Oier Olazabal, esta vez el grifo está cerrado. Y los seis millones que estipulaba el club como margen salarial para poder acometer entradas contrastan con el millón y medio de presupuesto que desde el área deportiva se ha ido deslizando a algunos representantes cuando les ofrecen futbolistas.

Así las cosas, y pendiente todo de este mercado en el que se dirime el futuro del Espanyol, por ahora la supuesta revolución, que le ha costado dinero a un club que sacó por la puerta de atrás a inversiones multimillonarias como De Tomás, Matías Vargas o Embarba, únicamente ha servido para empeorar el rendimiento de un equipo que la temporada pasada no llegó a tener opciones reales de bajar a Segunda –en ningún momento ocupó tales posiciones– y que ahora ya marcha penúltimo. Y tan solo han pasado tres años del anterior descenso.