Una de tiros: Benzema-Lewandowski
El Clásico pasa por dos goleadores desatados después de cumplir los 30 años. Xavi jugó 30 veces contra el francés y Ancelotti dirigió al polaco. Faltará Courtois y vuelve Koundé.
Cerca de 200 países y casi 700 millones de espectadores ponen números al fabuloso alcance de un Clásico entre dos clubes cuyo valor supera los 3.000 millones por cabeza. También mueve 30 en apuestas, multiplica las interacciones en redes sociales, se aprovecha en ocasiones como altavoz de movilizaciones políticas y desde la óptica del márketing es casi una campaña de Navidad. Pero detrás de ese decorado queda un extraordinario partido de fútbol entre un Barça en depresión súbita y un Madrid con alguna incertidumbre, aunque lo cierto es que unos y otros solo han cedido un empate hasta ahora. En cualquier caso, según todos los pronósticos, el desenlace pasará inevitablemente por Benzema y Lewandowski, que con Haaland forman la troika mundial del gol (sigue el partido en directo en AS.com).
No cabe la sorpresa con ellos. Xavi coincidió en el campo con Benzema en 30 partidos entre 2007 y 2015. Como técnico le sufrió en la Supercopa. Sabe que será el Balón de Oro y que, pese a que lleva cinco partidos sin marcar, su peor racha en tres años, es la mejor baza del Madrid. Con él perdió el Barça dos de los tres derbis del curso pasado. Sin él, ganó 0-4 en el Bernabéu.
Lo mismo vale para Lewandowski, que suma ya, en solo 12 partidos, 14 goles; los dos últimos le sirven al Barça para agarrarse al clavo ardiendo de la Champions. Ancelotti le entrenó una temporada en Múnich que no resultó del todo satisfactoria. El polaco sugirió, después de la salida del técnico, que sus entrenamientos eran cortos y poco intensos, pero lo cierto es que su promedio goleador con él (54 tantos en 57 partidos) fue superior al que ofreció con Klopp, Guardiola o Heynckes.
Benzema y Lewandowski comparten edad (34) y una estadística muy poco frecuente: han mejorado extraordinariamente después los treinta años. En ese tramo ha concentrado el madridista cuatro de las siete temporadas más goleadoras de su carrera y su mejor Champions de siempre, la que le ha llevado al Balón de Oro. Por su parte, Lewandowski, ha superado (en tres ocasiones) el fabuloso promedio de más de un gol por partido, ha sido dos veces Bota de Oro y ha ganado un Balón de Plata y dos The Best. Todo después de los treinta. En la Champions, francés y polaco ya solo tienen por delante, en el ranking de goleadores, a Messi y Cristiano. En el Bernabéu ya huele a pólvora.
Otra oportunidad para Lunin
Lewandowski ha estado por muy encima en el comienzo de Liga, pero Benzema ha tenido mejor coro. Vinicius ha marcado siete goles y dado cuatro asistencias y Valverde y Rodrygo han anotado cuatro veces. En el Barça, solo Dembélé (tres tantos) le ha echado una mano al polaco.
Desde el punto de vista clínico, el Barça recibe mejores noticias que el Madrid. Courtois, portero milagro, no llega a tiempo tras haberse perdido cuatro partidos por una ciática. Así que repetirá Lunin, que ha encajado tres goles en cuatro partidos. Rüdiger, que sufrió una espectacular herida en el partido ante el Shakhtar, podrá jugar con máscara y Ceballos será la otra baja. El Barça llega muy descompuesto en defensa. Están fuera Araújo, Christensen y Bellerín, pero recupera a Koundé, lo que le evita a Xavi tener que tirar de Piqué, señaladísimo tras el fiasco ante el Inter.
Portero al margen, el Madrid vestirá de gala, con Valverde en ese triple rol de tercer punta, cuarto centrocampista y hasta segundo lateral, según las circunstancias, junto a Tchouameni, Kroos y Modric. Estos dos, lo que queda de la santísima trinidad, solo ha han coincidido cuatro veces, en las grandes ocasiones. Rodrygo no cabe en ese once, pero tendrá minutos.
En el Barça, el desastre ante el Inter y la amenaza de Vinicius lo han cambiado todo. Los indicios apuntan a que Baldé será el vigilante del brasileño a banda cambiada, que Koundé jugará de central y que Xavi dará un paso atrás: De Jong por Busquets, otro de los imputados del miércoles, junto a Sergi Roberto y Pedri, más Gavi en la izquierda. Esta variante saca del once a Raphinha.
Milagroso Ter Stegen
El choque, en cualquier caso, viene marcado por la igualdad extrema. El Madrid está muy cerca de donde acabó el curso pasado y el Barça, que a estas alturas era octavo y hoy llega líder, extraordinariamente mejor en la Liga: ha marcado un gol más que los blancos y ha encajado siete menos (solo uno en ocho partidos, con un Ter Stegen excepcional). La radiografía previa apunta a que el equipo catalán tendrá más la pelota (le saca cinco puntos al Madrid en posesión), la robará un promedio de cuatro metros más cerca de la puerta rival, ganará más disputas en defensa y menos en ataque y hará más faltas. El Madrid tiene otros puntos fuertes: dispara más a puerta, es más fiable en el pase, registra menos pérdidas, maneja mejor la estrategia y es extraordinariamente superior en el largo alcance: ha metido seis goles desde fuera del área, más que nadie, por ninguno de los azulgranas.
En el plano físico, el Madrid llega más descansado. Ancelotti solo alineó cinco titulares en Varsovia y Xavi tuvo que poner su once de gala ante el Inter un día después. Ambos técnicos solo se han enfrentado dos veces. El italiano ganó la semifinal de la Supercopa (2-3) y el catalán se dio el gustazo de golear en el Bernabéu (0-4). Desde entonces el Madrid ha cambiado muy poco: Tchouameni por Casemiro. En cambio, el Barça ha sufrido una tremenda sacudida de palanca en palanca. Con Xavi llegaron cuatro jugadores en invierno (de los que solo sigue Ferran, porque Alves, Adama y Aubameyang fueron flor de un día) y siete en verano. Un cambio de guardia carísimo que ahora hay que justificar en el campo.
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