Un partido en máxima alerta de seguridad

No es una novedad que un partido entre el FC Barcelona y el Real Madrid sea considerado de máxima seguridad. El de este sábado no es una excepción, pero en este caso, la máxima preocupación de los diversos cuerpos de seguridad no está en el posible enfrentamiento entre aficiones (cosa que no pasa hace mucho tiempo, afortunadamente) ni en el hostigamiento al equipo rival o disturbios en la grada. La policía catalana ha activado un protocolo especial de seguridad relacionado con el conflicto entre Israel y Gaza en previsión de posibles altercados relacionados con la causa islámica.

Es el mismo protocolo que en París se va a poner en práctica horas después cuando se juegue la final del Mundial de Rugby en el estadio de Saint Denis entre Nueva Zelanda y Sudáfrica.

Las policías europeas consideran que los acontecimientos deportivos de alta incidencia y repercusión mundial (como son un Clásico o una final del Mundial de Rugby) son escenarios potenciales para células terroristas o individuos aislados que quieran llamar la atención en estos momentos de alta tensión en Oriente Medio.

El pasado 19 de octubre en Bruselas un hombre apuñaló a dos aficionados suecos antes de que se diera inicio a al partido entre la selección de Bélgica y la de Suecia. El encuentro tuvo que ser suspendido por alarma terrorista y los espectadores presentes en el estadio encapsulados hasta que las fuerzas del orden controlaran la situación mientras buscaban al agresor, que fue abatido horas después. Era lo que se denomina un “lobo solitario” que quiso aprovechar la atención mediática del partido.

Este incidente levantó las alertas de los servicios de seguridad de toda Europa que detectaron que los grandes acontecimientos mediáticos eran objetivos de acciones terroristas. El Clásico es uno de ellos.

Ante esta situación, los Mossos de D’Esquadra se han puesto en alerta y aumentarán el dispositivo de seguridad en Barcelona, una ciudad que sigue bajo la alerta antiterrorista de cuatro sobre cinco desde el infausto atentado del 17 de agosto del 2017 en Las Ramblas.

De cara a la preparación del operativo se une la novedad que el partido se juega en Montjuïc. Los Mossos tienen más por la mano la seguridad del Camp Nou, pero en el Estadi Olímpic el control es más complicado. Si a eso le añadimos que por la noche hay un concierto de Miguel Ríos en el Palau Sant Jordi, las medidas se extreman.

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