Un mercado a ritmo de 2023

El Leganés está a las puertas de abrir el mes de agosto con sólo tres caras nuevas en su plantilla. A saber, Juan Soriano, Valentin Rosier y Roberto López. Escasez de incorporaciones que ha provocado incluso algún comentario velado de impaciencia desde el seno del equipo. “A todos nos gustaría haber llegado con más efectivos, pero bueno, es la realidad que tenemos ahora, hay que adaptarse”, comentó su entrenador, Borja Jiménez, tras el encuentro amistoso (0-0) frente al Burnley. “Sí, necesitamos fichajes. Estamos creciendo, pero nos falta algo más. Los necesitamos para estar en forma en el inicio de Liga”, le secundó Cissé tras caer ante el Alcorcón (1-2). Parece haber unanimidad. Se reclaman fichajes. Y cuanto antes, mejor.

Sucede que, una mirada comparativa al ritmo de incorporaciones coloca a este Leganés al mismo ritmo que hace un año, en 2023, cuando los pepineros también tuvieron que aguantar hasta el final del mercado para hacer la mayoría de fichajes.

Entonces a fecha 29 de julio los pepineros habían realizado seis incorporaciones. A saber: Diego Conde (14 de junio), Arambarri (22 de junio) Darío Poveda (27 de junio), Julián Chicco (10 de julio) Jorge Sáenz (17 de julio) y Enric Franquesa (24 de julio). De ellos, estos dos últimos ya habían competido en Butarque un curso antes, en la 22-23, pero cedidos desde Valencia y Levante. Jorge se reincorporó ya en propiedad y Franquesa, en un segundo préstamo granota.

Siete fichajes en puridad

En el caso del actual Leganés, además de los tres nombres antes citados, hay que incorporar cuatro más, jugadores que la temporada pasada también formaban parte del equipo y a los que el ascenso a Primera División ha convertido en fichajes en propiedad de los pepineros. A saber, Miguel de la Fuente (11 de junio), Juan Cruz (12 de junio), el mismo Enric Franquesa (13 de junio) y Darko Brasanac (14 de junio). Soriano (1 de julio), Rosier (5 de julio) y Roberto López (9 de julio) llegaron más tarde. En total, siete fichajes en puridad llegados antes del 1 de agosto. El curso pasado fueron seis.

El séptimo refuerzo llegó precisamente el 1 de agosto (otro retorno, el de Neyou), a los que luego se incorporaron Ureña (14 de agosto), Abzi (14 de agosto), Djouahra (31 de agosto), Miguel de la Fuente (1 de septiembre) y Portillo (20 de septiembre. Este último se incorporó, libre, fuera de mercado. El Leganés, en verano, apuró su mercado. También en invierno. Los tres refuerzos de aquella ventana (Borja López, Juan Cruz y Brasanac) se oficializaron todos el último día de mercado.

Freno en contactos

No es, por lo tanto, demasiado anómalo que el Leganés necesite tirar del factor calendario y paciencia para ir incorporando nuevas caras fruto de una carencia de recursos y atractivo que, en Primera División, es más acuciada si cabe. Lo que sí es anómalo es el estado de relativa parálisis que vive el estado de algunos procesos de negociación. Frenazo en seco que sorprende al mundo de la representación y el entorno del mercado en el que habitualmente se manejan los pepineros.

Por ahí sí que surge cierta impaciencia y temor a que se tarde más de la cuenta en cerrar una plantilla que, a diferencia de la temporada pasada, necesita dar un evidente salto de calidad para sobrevivir en Primera. Hace un año los pepineros ya eran un equipo de Segunda con el objetivo de salvarse. Ahora toca rehacer aquel grupo que rindió por encima de lo esperado para hacerlo también un bloque que se mantenga en la élite. Además, en Primera las operaciones suelen necesitar algo más de tiempo para cerrarse operaciones que en Segunda, lo que podría derivar en un inicio de campeonato sin muchas más caras nuevas de las que ya han llegado.

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