Un lunes en el “caldero del caos”
El invicto Espanyol, que será el segundo club estadounidense de LaLiga junto al Mallorca, mide su euforia ante el polvorín bermellón, donde Darder suplanta a Dani Rodríguez.
“Dos partits a casa, dues victòries a casa: Estadi RCDE, seu dels pericos, un calderó de caos” (dos partidos en casa, dos victorias en casa: Estadio RCDE, sede de los pericos un caldero de caos).
En un perfecto catalán de Wisconsin, de donde es natural, tras vivir en persona la remontada frente al Atlético de Madrid (2-1) y desde la distancia el exigido triunfo ante Osasuna (1-0), se deshacía en elogios un nuevo perico, nada menos que JJ Watt, una de las mayores leyendas del fútbol americano. Una expresión, el “caldero del caos”, que ha hecho fortuna, que incluso ha difundido en programas estelares estadounidenses como el show de Pat McAfee, y que sintetiza a la perfección este Espanyol-Mallorca.
No es casual lo de Watt, que en realidad ha descubierto al club blanquiazul desde su faceta de empresario, como accionista de Velocity Sport Limited (VSL), el fondo inversor norteamericano que sucederá al grupo chino Rastar como propietario del Espanyol y cuyo líder, Alan Pace, ya ha visto más partidos ‘in situ’ del equipo perico en el último mes y medio que Chen Yansheng en nueve años. Tampoco es casual la inyección de moral que este cambio, aun sin haberse plasmado, ha insuflado entre una masa social que en pleno agosto rebasó los 30.000 espectadores y que ha superado los 35.000 socios, y en un renovado equipo que ha iniciado la Liga con siete puntos sobre nueve posibles.
Con el aterrizaje de VSL, dueños también del Burnley de la Premier League, dejará precisamente el Mallorca de ser el único club de Primera bajo la batuta de Mister Marshall, en su caso con el timón del extenista Andy Kohlberg (antes, de su exsocio en los Phoenix Suns Robert Sarver) y la presencia accionarial igualmente de estrellas, en su caso de la NBA, como Steve Kerr y Steve Nash. La Liga ACQ Legacy Partners LLC, nombre del fondo inversor, se hizo con el control de los bermellones en enero de 2016, en simultáneo al desembarco de Rastar en el Espanyol.
Nueve años después, y tras surfear desde los infiernos de la Segunda B, lidiar hace un lustro con los propios pericos en la categoría de plata y alcanzar la final de la Copa del Rey de hace año y medio ante el Athletic Club, el Mallorca también experimenta su “caldero del caos”, que diría JJ Watt, pero en el sentido literal. Porque la malevolencia del calendario, con Barcelona y Real Madrid como rivales en las tres primeras jornadas, se ha juntado con un vestuario explosivo, para llegar al RCDE Stadium con solo un punto y muchos incendios internos que sofocar (sigue el partido de hoy en directo en As.com).
Limadas las asperezas de Maffeo con Jagoba Arrasate y el mallorquinismo en general, quien no ha dejado de centrar las miradas durante el parón liguero ha sido Dani Rodríguez. Sus declaraciones por no tener minutos en el Bernabéu, de las que pidió disculpas este fin de semana, le comportaron una suspensión de empleo y sueldo que prescribió el viernes, ya que la AFE no permite que se alargue más de diez días, además de la retirada de la capitanía en favor de un ilustre experico, Darder. El penúltimo capítulo lo protagonizó su entrenador este domingo, al dejarlo medio sentenciado. Ajeno a todo parece estar Muriqi, que ha seguido marcando goles estos días con su selección, Kosovo.
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Otro balcánico, Kumbulla, visitará por primera vez desde su marcha, en junio, a un Espanyol que lo quiso repescar y que presenta incógnitas, entre otras, precisamente en el eje de la zaga, entre Calero o Rubio, y también en la punta del ataque, con Roberto Fernández y Kike García como candidatos a irse alternando. Pólvora contra el polvorín mallorquinista en el “caldero del caos”.
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