El Cádiz no sale de pobre

Los reyes del empate (antes del encuentro llevaban 13 este curso) terminaron firmando las tablas. Una X que no saca de pobre a un Cádiz que necesitaba ganar para meterse en la pelea y así arrastrar a su rival al fango. Marcaron Muriqi y Mascarell, en propia puerta. No era el día para fallar, pero una decisión de Pellegrino condicionó por completo el partido. En un encuentro con necesidades, el argentino decidió jugársela a la ruleta rusa con un cambio de sistema situando a tres centrales. Un esquema al que no están nada acostumbrados los suyos. No estaba el Cádiz para probaturas y lo hizo en el partido más importante de la temporada. El Mallorca se aprovechó del descontrol de su rival haciéndoselo pagar en la primera llegada. Tras once minutos de dominio inerte de los de la Tacita de Plata, un centro precioso con música de Valjent llegó a la babeza de un Muriqi que tuvo que hacerse hueco para rematar con la cabeza a las mallas. Fali ayudó ya que perdió la marca fácilmente.

El partido estaba donde quería el Mallorca, que se limitó a mantener las líneas juntas sin cometer errores y los de Pellegrino no lo supieron (o pudieron) leer. El tiempo fue pasando y el fútbol brilló por su ausencia, sin juego ni ocasiones. La única sensación de peligro se produjo en el reclamo de un penalti, en una acción en la que Navarro cayó con Raíllo, sin nada punible; y en una chilena de Chris Ramos, algo floja, que blocó Rajkovic casi sin inmutarse. En un abrir y cerrar de ojos estábamos en el descanso y Pellegrino había tirado a la basura la primera mitad.

Como no podía ser de otra manera, el técnico argentino introdujo cambios y rehízo el sistema para poner un 4-4-2 más reconocible. Entraron Javi Hernández y Guardiola, en detrimento de Pires y Ousou. Ordenando a cada jugador en su sitio es como el Cádiz puede crear peligro. Mientras el Mallorca guardaba la renta, los amarillos se lanzaron en busca del empate. Este llegó en el 59′, en otro error de marca que acabó con gol en propia puerta de Mascarell. Y pudo haber llegado el segundo tanto local un minuto después, con un disparo franco de Guardiola que se marchó cerquita del palo.

Tras la oportunidad, el Mallorca volvió a adormecer el encuentro a medida que iban entrando delanteros del Cádiz al campo, en busca del gol de la victoria. Un tanto que pudo llegar en ambas porterías. El Mallorca, con un mano a mano de Darder que salvó Ledesma para mandar el balón al palo; el Cádiz, con un disparo defectuoso de Roger, tras una salida en falso de Rajkovic. Como si de una ‘Crónica de una muerte anunciada’ se tratara, el partido llegó a su fin. Los amarillos se quedan a cinco puntos del Celta, que marca la salvación. Las matemáticas dicen que todavía no está todo perdido para el Cádiz. La realidad refleja que va a ser muy complicado.

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