Un discurso con grietas
La insistencia de Xavi en hablar de un proyecto “en construcción” chirría en el entorno del Barca, porque lleva ya más de dos años en el cargo, sólo cuatro meses menos, por ejemplo, que Míchel en el Girona. De Jong tampoco compartió su visión del partido del domingo.
De todas las frases de Xavi después del partido ante el Girona, la que más chocó en Can Barça fue la de insistir en que el proyecto sigue “en construcción”. El entrenador de Terrassa ya lleva más de dos años en el cargo y esta es su tercera temporada. Fue un día, además, en el que a Xavi le pudieron recordar que Míchel aterrizó en el Girona en julio de 2021, solo cuatro meses antes que él. Y el producto del arquitecto del Girona, siempre admitiendo las diferencias entre clubes, está mucho más cuajado y parece mucho más redondo a estas alturas. Algunas voces consideran que Xavi no termina de mejorar la estructura del equipo; y tampoco a los jugadores, pese a tener un vestuario plagado de estrellas y de varias inversiones fuertes: Raphinha, Koundé, Lewandowski, más las incorporaciones (gratis) de los Joãos y Gündogan.
La derrota contra el Girona (“un paso atrás para dar dos pasos adelante”, se animó el entrenador al final) dejó sin efecto la mejoría en la segunda parte contra el Oporto; y, especialmente, en el partido contra el Atlético de Madrid. Es difícil creerse a este Barça, incluso para los jugadores que tienen un espíritu más autocrítico. En caliente, nada más terminar el partido y antes de que se pudieran cerrar filas para emitir un único relato, Frenkie de Jong se mostró visiblemente decepcionado y no vio, como su técnico, un gran Barça. “Ha sido culpa nuestra. Estamos muy decepcionados; esto es duro”, avisó el holandés, quien ya fue protagonista en su día de unas declaraciones controvertidas. De Jong aseguró no comprender cómo el club estaba contento después de una victoria. Fue después de la semifinal de la Supercopa de España de 2022. “Me da un poco de pena decir que estamos orgullosos cuando perdimos…”.
En ocasiones, las justificaciones de Xavi chocan con la autoexigencia de los jugadores. Gündogan se metió en un lío después del Clásico cuando dijo que él no había fichado por el Barça para perder partidos así. Ese mismo día, el entrenador declaró que habían “merecido ganar”, y que, pese a estar frustrados, habían dado “un paso adelante”. Dio la sensación de que mientras Xavi trataba de quitarle hierro a la derrota, Gündogan encendía la mecha intentando buscar una reacción a la autocomplacencia de un vestuario en el que vio gestos de indiferencia después de perder, nada menos, que contra el Madrid. Mes y medio después de aquello, todavía sigue habiendo grietas en el discurso del Barça.
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