Un Barça contra corriente
El equipo blaugrana ha perdido solidez defensiva en las últimas jornadas y se enfrenta a remontadas ante goles tempranos de sus rivales.
El FC Barcelona ganó la última Liga en base a una solidez defensiva incluso inusual en el equipo blaugrana, más dado al ataque que a la defensa. En esta campaña, el inicio de curso pareció que confirmaba el guión de la pasada temporada. Empate a cero en Getafe en la primera jornada y 2-0 ante el Cádiz. De nuevo, Ter Stegen era un muro. 180 minutos y ni un gol. Pero llegó el partido de Villarreal, en el que el Submarino le marcó tres al alemán en 25 minutos para remontar un 0-2 aunque el equipo blaugrana acabó venciendo por 3-4. Ahí ya se empezó a romper algo.
Una fragilidad defensiva del equipo blaugrana que certifica que en once partidos, los de Xavi han recibido el doble de goles que el curso pasado. En nueve jornadas de Liga y dos de Champions el club catalán ha encajado ya diez tantos cuando en los mismos partidos de hace un año encajó sólo cinco. Es verdad que la producción ofensiva ha mejorado ligeramente (27 en este inicio por 25) pero lo que preocupa en el cuadro técnico es la tendencia de los últimos partidos en los que el Barça se ve obligado a remar contra corriente.
En tres de los últimos cinco encuentros disputados por el equipo blaugrana, los culés han tenido que remontar el resultado.
Ante el Celta en Montjuïc lograron remontar un 0-2 para ganar 3-2 en un duelo que ya en el minuto 19 iban perdiendo. Contra el Mallorca el tiempo para encajar gol se redujo a la mitad, puesto que a los ocho minutos el equipo blaugrana ya iba en desventaja. Pero fue en Granada donde el Barcelona ya no pudo empezar peor. A los 16 segundos de partido Bryan Zaragoza había puesto a su equipo por delante.
Xavi, en la sala de prensa de Los Cármenes no escondió su malestar: “No podemos permitirnos acciones como la del 1-0″.
Un dato que resume la situación es que El Barça ya ha encajado tantos goles, diez, en estas nueve jornadas de Liga 2023-24, como en 31 jornadas de la temporada pasada. Y eso no es casual. Para empezar, dentro del mismo vestuario azulgrana ya eran conscientes de que era muy difícil volver a ganar tantos partidos 0-1 como el curso anterior. Hasta once veces repitió ese resultado en la Liga pasada el equipo de Xavi.
Obviamente, la ausencia de Busquets, las lesiones de Pedri y De Jong, jugadores que permiten defender con la posesión de la pelota, y la disposición del equipo que actualmente juega con dos laterales claramente ofensivos como Cancelo y Balde, tiene un coste.
Cierto es que el equipo ataca mejor este curso. Pero la manta se le está quedando corta en el otro lado del campo donde empieza a encajar más y, lo que es peor, de manera más temprana.
Al equipo de Xavi se le afeó hace un curso que era demasiado defensivo, algo que ahora no se podría decir de ninguna manera. El Barça es un equipo más divertido e imprevisible, aunque eso conlleve esas pérdidas de atención defensivas que son mucho más difíciles de sobrellevar si además, como está siendo costumbre, se empieza perdiendo y remando contra corriente.
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