VALENCIA

Un año con Baraja

El ‘Pipo’ cumple 365 días en el banquillo del Valencia. El técnico se ha reivindicado: de la pelea por el descenso a luchar por una plaza europea.

DAVID GONZALEZ ARENASDiarioAS

”Entrenar al Valencia es el sueño de mi vida”. Así de rotundo y directo sonó el mensaje de Rubén Baraja en su presentación como nuevo técnico ché. Su llegada a Mestalla cumple este miércoles un año. 365 días en los que el Pipo ha vivido de todo. Pero el resumen es fácil y meritorio: de sentir las llamas del descenso a pelear por una de las plazas europeas. Baraja le ha dado un giro de 360 grados al Valencia en su primer año. Y lo ha hecho con un equipo repleto de canteranos, relanzando su quinta, la ‘Quinta del Pipo’. Cuando deje el Valencia, ese será su gran legado. Muchos ven el momento lejano porque algunos ya le consideran el Simeone blanquinegro.

Baraja aterrizó en Mestalla tras dos años y medio en el paro. El vallisoletano se forjó en varios banquillos de Segunda, donde hizo la mili como paso previo a su llegada a Mestalla, el lugar con el que siempre soñó. Y el Pipo no defraudó, a pesar del vértigo que generó que su Valencia corriese el riesgo de volver al pozo de Segunda casi cuatro décadas después.

El técnico vallisoletano, uno de los jugadores más laureados de la historia del Valencia, se hizo pronto con Mestalla. Su carácter contagió a un estadio en plena ebullición, a un campo que se veía en la categoría de plata y en el que las críticas hacia Meriton estaban presentes cada jornada. A Baraja le costó enderezar el rumbo y la salvación llegó casi sobre la bocina. Pero el técnico jamás perdió la fe. Eso conquistó a Mestalla, aunque se vivió con el miedo en el cuerpo durante ocho jornadas, periodo en el que el Valencia estuvo en puestos de descenso el curso pasado.

Baraja celebró la salvación como un título. La permanencia le abrió las puertas de la continuidad hasta 2025. Ahora, Meriton no descarta sentarse en breve con el Pipo para ampliar ese contrato. Y es que Baraja ha demostrado que es un entrenador de club. Apenas ha alzado la voz en un año. Sólo lo ha hecho en contadas ocasiones y casi siempre coincidiendo con los mercados de fichajes y como consecuencia de ver cómo su plantilla perdía efectivos y se debilitaba sin recambios de garantías. El entrenador se ha mordido la lengua, pero siempre anteponiendo el escudo del murciélago, el mismo que lleva tatuado desde su etapa como jugador.

Baraja, en su última visita al Metropolitano.JESUS ALVAREZ ORIHUELADiarioAS

Baraja llegó para apagar el incendio que superó a Gennaro Gattuso y no pudo solventar Voro. La espantada del italino le pilló al ‘Pipo’ en el paro. Hubo casting de entrenadores, pero el club se decantó por uno de los suyos. Nadie mejor que Baraja para levantar el ánimo de un Valencia herido de muerte, pensó la propiedad. Un año después, el Valencia tiene a tiro una de las plazas europeas. Y ese es su gran mérito. Han sido 365 días intensos con el Pipo. Su balance es de 45 partidos, con 19 victorias, 9 empates y 17 derrotas. Mestalla ha sido la guarida del técnico ché, el escenario que le dio la permanencia y donde ha cimentado una temporada más que digna.

La historia de Baraja en el Valencia todavía está por escribir. Aunque sólo lleva un año en Mestalla, el vallisoletano ya tiene para darle forma a un libro sobre cómo lograr una salvación casi milagrosa o cómo relanzar una generación de jugadores que creen ciegamente en su discurso. En el mensaje del Pipo, en el del salvador y el creador de una ‘Quinta’ que se recordará durante años.

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