Todo pasa por Bellingham
El nuevo Real Madrid gira en torno al fútbol del inglés. En su puesta en escena ante el Athletic brilló en ataque y defensa. “Es un fuera de serie”, dijo Ancelotti.
Y con todos ustedes, Jude Bellingham (20 años). Un encuentro bastó al de Stourbridge para refrendar al Real Madrid y a Carlo Ancelotti. Al club, por convertirle en el gran fichaje de los últimos años. Al técnico de Reggiolo, por ‘inventarle’ una demarcación, por convertirle en el canalizador de su nuevo proyecto, en la bisagra de ese cacareado 4-3-1-2 que en San Mamés asomó la patita oficialmente con una más que convincente victoria (0-2). El tanto, que anticipaba pifia y terminó en estreno dorado (“Sólo si disparas tienes oportunidad de marcar. No le he pegado bien, pero tuve algo de suerte...”, reconoció, simpático, a posteriori) fue anécdota y guinda a su estupendo partido. Un duelo que ejemplifica una realidad: en este Real Madrid, todo pasa por Bellingham.
Con el caso Mbappé en estado de espera (hasta 2024)y el 9 guardado en el armario y planchado para el futuro, Ancelotti, concienciado que los planes del club no pasan por encontrar este verano al recambio de Benzema, comenzó en la pretemporada a rediseñar su planteamiento para dar galones e importancia a la supernova británica llegada desde Dortmund. El verano ha sido un laboratorio donde la probeta principal ha sido Jude, especialmente en UCLA. En la primera base de operaciones blanca en la estadía norteamericana, el foco de Carletto se centró en su nueva estrella como paladín del nuevo dibujo. No en pocas ocasiones pausó el italiano la práctica en Los Ángeles para corregir detalles centrados en la figura del 5. Un esquema que pide pulmones, piernas, voluntad y llegada, para presionar, robar y morder, ramillete de condiciones a las que el fútbol de Bellingham se ajusta como un guante. Sin olvidar un olfato creciente. En su año de despedida del Signal Iduna Park alcanzó los 14 goles y 7 asistencias, mejor marca en su todavía incipiente carrera profesional, pero en la mente de Ancelotti esos números pueden (y deben) dispararse. Entiende que en su bota derecha hay mucho tanto por celebrar. De ahí que haya optado por adelantar la demarcación que hizo al Madrid desembolsar 103 millones de euros por su fichaje e identificarle como el heredero natural, por impacto que no por perfil futbolístico, de Luka Modric.
El nuevo tridente
El colmillo habla brasileño, eso es indiscutible, con Vinicius liberado de cualquier cambio esquemático como líder y Rodrygo potenciado hasta ser indiscutible. 23 y 19 goles la temporada pasada (y uno del Rayo en la actual, el 0-1 en Bilbao) que prometen multiplicarse en ausencia de Benzema, pero el principal generador y la batuta del equipo blanco tendrá acento inglés. Un tridente, pues Vini y Rodry parten de posiciones más centradas para formar un triangulo ofensivo que debe paliar la apuesta de Karim por Arabia y la del club por la plantilla tal y como está. “Estamos completos”, afirmó Ancelotti antes del Clásico veraniego. La misión de Jude, alimentar a Vinicius y Rodrygo, mientras engorda su propia estadística.
“Un fuera de serie”
Tras el primer test estival contra el Milan, el técnico blanco ya verbalizaba su idea: “Para él, lo mejor es ser un diez porque está cerca del área”. Ante el United, Bellingham dio un paso al frente, golazo zidanesco mediante que avivaba la comparación con su ídolo. Y en su debut oficial, se ganó el “es un fuera de serie” de Carletto, encantado. Además, aunque la pizarra le coloque como mediapunta, Bellingham es algo más. Venir con la etiqueta de box to box del futuro no es casual.
Como ejemplo, su hoja estadística de San Mamés. No solo sobresalió con su gol. En tareas de intendencia, recuperó seis balones, completó dos entradas y ganó 13 duelos de los 16 que enfrentó (un 81,3%). Mientras que con el balón, sólo tres defensas como Fran García (98), Alaba (96) y Carvajal (84) superaron sus 75 intervenciones, igualó con Vinicius como el mayor regateador del encuentro (tres) y compartió con Rodrygo la medalla de plata madridista en pases completados en el último tercio (once, por los doce de Carvajal).
Una puesta en escena más que notable que confirma por qué Ancelotti ha insistido tanto en acercarle al área. Para que este Real Madrid vertical brille de manera coral, amén de por el desborde y crecimiento de un Vinicius sin techo, también debe funcionar el Bellinghamsistema.