Tirón de orejas de Ancelotti

Carlo Ancelotti es, habitualmente, un hombre tranquilo. Y en la mayoría de ocasiones, si está contento con el resultado, un tipo afable. Ha quedado sobradamente probado en las celebraciones de los títulos que ha ganado en el Madrid: cantando el himno de la Décima en un Bernabéu a rebosar, posando por el puro y las gafas de sol junto al clan brasileño, bailando con los jugadores en pleno césped... Pero no debe confundirse eso con blandura; Carletto tiene su carácter, a sus 65 años las ha visto de todos los colores en el mundo del fútbol y cuando tiene que pegar un palo, lo pega. Es poco habitual verle hacerlo en público, lo que suele significar que el cabreo es mayúsculo, y en Mallorca, donde el Madrid dejó escapar los dos primeros puntos de la Liga, lo fue.

No le faltaron razones: el Mallorca remató más veces (12 a 10) y las mismas entre palos que el Madrid (cinco en ambos casos), con la diferencia de potencial que existe entre ambas plantillas. Y, sobre todo, el segundo tiempo fue un ejercicio de pasividad defensiva del Madrid en la presión que enervó al italiano: los blancos no cortaron ni un pase tras el descanso, el Mallorca no sólo se dedicó a defenderse, sino que con balón construyó sin demasiada oposición. Y eso fue lo que sacó de sus casillas al técnico, que en rueda de prensa no ahorró calificativos.

“Hemos empezado bien, pero en la segunda parte faltó equilibrio, fue un partido que se pudo perder. Si no tienes equilibrio atrás, concedes contragolpes, concedes centros… No ha sido un buen partido, ha sido en realidad un partido bastante claro, tenemos que defender mejor, tener más equilibrio en el campo. Somos un equipo muy ofensivo, pero el equilibrio defensivo es fundamental”, empezó Ancelotti, que al analizar el problema tiró de una palabra tabú en el fútbol: la actitud. Decir eso viene a significar falta de entrega voluntaria, incluso cierta pereza en el esfuerzo, pero Carletto no se la guardó en la rueda de prensa. De hecho, incidió en ella más de una vez.

“No quiero poner excusas. Sólo teníamos que hacerlo mejor, con más actitud. Cuando hablas del aspecto defensivo, se habla sobre todo de actitud, de compromiso. Nos costó recuperar el balón, nos costó hacer la presión tras pérdida. Todo eso hay que mejorarlo. El equipo estaba demasiado abierto, debíamos estar más concentrados, más juntos. No es un problema físico, ni mental. Sólo un problema de pensarlo”, explicó Ancelotti.

Con la llegada de Mbappé y la marcha de Kroos, era claro que esto podía suceder. El Madrid ha cambiado un dibujo con cuatro medios y mucha gente por dentro por otro con dos medios puros, un mediapunta con alma de delantero como Bellingham y tres delanteros con capacidad para jugar por todo el frente de ataque como Mbappé, Vinicius y Rodrygo. Un 4-3-3 que, sobre el papel, tiene que convertirse en un 4-4-2 en fase defensiva (Rodrygo ya sabe que le toca a él correr más que a sus compañeros de ataque), pero que en momentos, sobre todo ahora que la preparación física aún es corta, tiende a un 4-2-4 que parte el equipo por la mitad y vuelve la presión transparente. Y de todo ello se aprovechó el Mallorca para aparecer en el área de los blancos con demasiada facilidad.

“Está claro dónde está el problema”

Pero Carletto no quiso echar las culpas sobre una parte del equipo concreta; en su cabreo, distribuyó la responsabilidad equitativamente, todos cobraron en ese sentido: “Se puede pensar que es cosa de los delanteros, pero también puede ser de la defensa, de los medios, que no ayudan en esa presión que sí hacen los delanteros… No es un problema de uno, dos o tres. Es un problema de equipo, en este partido no hemos entendido que era un aspecto importante en este partido y el Mallorca sí, mejor que nosotros, han hecho un partido defensivo muy bueno. El empate es correcto”.

Con todo, Ancelotti salió con una lectura positiva, al estilo de la que aprendió el curso pasado cuando el Madrid perdió el derbi liguero en el Metropolitano ante el Atleti por 3-1; entonces habló de correcciones en la línea defensiva, especialmente del trabajo al hacer la diagonal, y el equipo sólo perdió otro partido más (ante el Atleti) en toda la temporada. En este caso, no se trata de un aspecto táctico, sino de compromiso y voluntad. Pero el entrenador del Madrid prefiere pensar que la lección está aprendida: “Eso se encuentra con los jugadores que piensan lo mismo. Cuando hay que recuperar, tenemos que pensar en ello todos juntos. De este partido se puede aprender mucho. Está claro dónde podemos tener el problema”.

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