Szczesny siempre cae de pie
‘Tek’ ha salvado sin derrotas sus situaciones límite con el Barça (roja en la Supercopa, errores graves en Lisboa y el fallo con los pies en Brujas).
Amante de la meditación antes de los partidos, Wojciech Szczesny ni se inmutó cuando Vermant le quitó el balón, marcó, y celebró enloquecido el que parecía el 4-3 en un Jan Breydel embrujado. Prácticamente ni miró al colegiado inglés Anthony Taylor. Se limitó a poner el balón donde consideraba que había sido objeto de falta y esperó pacientemente la llamada de Stuart Attwell en el VAR. Una jugada al 50% que, otra vez, le salió cara a Tek.
Szczesny siempre cae de pie en las situaciones límite. En su tercer partido como titular en el Barça, fue expulsado en la final de la Supercopa del curso pasado en Yeda por una salida un tanto imprudente en la que derribó a Mbappé. Por entonces, el resultado ya era de 1-5, así que prácticamente quedó en anécdota. Semanas después, tuvo una noche de perros en Lisboa, donde cometió un penalti evitable y, sobre todo, salió de manera loca, chocó con Balde, con el que no hubo comunicación, y Pavlidis marcó a puerta vacía. El Barça, que perdía 3-1 y 4-2, acabó ganando 4-5 en un partido heroico y, para colmo, él hizo una parada decisiva en un contragolpe de Ángel Di María con 4-4. La del pasado miércoles fue una más. Si el partido hubiese terminado 4-3 después de exponerse de esa manera con los pies, los focos no sólo hubieran enfocado al sistema defensivo. También al portero, que lleva ocho partidos seguidos encajando goles en la peor racha de un portero del Barça en 84 años. Desde la temporada 1941-42 (Lluís Miró), un meta azulgrana no estaba tanto tiempo sin dejar una portería a cero desde principio de temporada.
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Hay todas las dudas futbolísticas del mundo con Szczesny. Sin embargo, su conexión con la afición es muy especial. Sus lágrimas después de ganar el Clásico que abrochó la Liga la temporada en Montjuïc, después de otro penalti evitable, hablan de la emotividad de un portero muy respetado en el vestuario y por el club, que ha apostado por él como portero suplente para que acompañe la explosión de Joan García. El polaco dijo sí al plan que el club tenía para él y renovó por dos temporadas. Es un portero experto y puede solucionar la papeleta en situaciones concretas, pero el Barça está echando de menos a Joan García, que había impresionado en los primeros partidos. El portero de Sallent había hecho algo muy necesario para un equipo que está sufriendo en defensa: hacer paradas que dieran victorias, como hizo en Newcastle. Eso ya no lo da Szczesny que, sin embargo, siempre cae de pie. Posiblemente, el de Vigo sea su último partido antes de una larga temporada en el banquillo.
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