Subasta por Rafa Mir
El Olympiacos de Diego Martínez se suma a otros pretendientes como Valencia, Ajax y Mallorca. El Sevilla quiere venderlo. Si no, lo cederá al que más dinero ponga.
No dejan de sumarse pretendientes por Rafa Mir, al que ya sigue una legión de equipos en España y en toda Europa. A los intereses ya conocidos del Valencia, el Mallorca y el Ajax de Amsterdam se une estos días el del Olympiacos griego, que ahora entrena el gallego Diego Martínez. El conjunto de El Pireo ya ha hablado incluso con el Sevilla, aunque vistos los contendientes y el deseo del jugador no parece una operación probable para ellos.
Rafa, de 26 años, tiene al Valencia como gran opción, pues ya militó en el club de Mestalla, y tampoco ve con malos ojos la posibilidad de recalar en un gran club neerlandés como es el Ajax de Amsterdam. El caso es que el club valenciano, al menos ahora mismo, sólo es capaz de poner encima de la mesa el salario del futbolista: no afrontará un traspaso y ni siquiera está dispuesto a hacerse cargo de su amortización anual, de entre dos y tres millones de euros.
El Ajax sí parece capaz de hacer ese esfuerzo económico, aunque tampoco comprar. La experiencia con el club de Amsterdam y el lío que montó, de idas y venidas, con Lucas Ocampos provoca que en el Sevilla se recele mucho de esta opción. Mir, en cualquier caso, se antoja como una de las marchas seguras este verano en Nervión. Aunque antes, el director deportivo Víctor Orta deberá encontrar a algún sustituto, porque los delanteros escasean en el Sevilla: aparte de Rafa, Mendilibar apenas dispone de Youssef En Nesyri, que también está en el escaparate, e Iván Romero, canterano que volvió de una cesión provechosa en el Tenerife.
El Sevilla esperará por tanto a la hora de decidir dónde manda a Mir, que por supuesto tendrá la última palabra sobre su destino. En el Sánchez-Pizjuán aguardan una oferta consistente, que le permita recuperar gran parte de los alrededor de 15 millones de euros que se pagaron al Wolves en el verano de 2021. Y si no hay venta, que al menos no suponga ni un euro para el tan sufrido límite salarial que impone LaLiga.