Soto Grado: “No saco pecho porque me premien como el mejor árbitro, pero es un orgullo”

César Soto Grado ha recibido esta temporada el premio Vicente Acebedo como mejor árbitro de Primera división, algo que para él es “bonito y un orgullo” pero a lo que no le da una excesiva importancia porque, en realidad, se siente “muy crítico” consigo mismo y se mantiene dispuesto a “aprender de los errores”.

Así lo ha explicado a EFE Soto Grado, que pertenece al comité riojano de árbitros, porque es riojano de adopción, como él mismo explica, aunque nació en Candelada (Ávila) hace 44 años.

"No hay que creerse el mejor cuando te dan un premio de este tipo ni caer en la depresión cuando te llueven las críticas", explica, aunque admite que "es un orgullo que un premio así te lo den los compañeros" porque se realiza a través de informes del Comité de Árbitros.

Existen medios de comunicación que realizan clasificaciones de los árbitros "y la gente se piensa que es lo mismo", reconoce, "pero a nosotros quien nos puntúa son los informadores que son exárbitros, con lo que es un orgullo muy grande el que ellos te reconozcan", explica el árbitro riojano, que también recibió esta distinción en Segunda división, en 2019.

"Pero no saco pecho, no hay que creerse nada", insiste el colegiado, que pasa unos días de vacaciones antes de comenzar la preparación para la próxima temporada.

Muy crítico con sus propios errores

Una preparación que durante el año se basa en parte en "ser muy crítico conmigo mismo, porque esa es la mejor manera de crecer" y porque "que te salga un partido bien es bueno, pero cuando te equivocas sabes lo que hay que mejorar" en situaciones como dar la ley de la ventaja o juzgar la voluntariedad de una mano, por ejemplo.

Pero más allá de el propio examen que él se hace en cada partido, dice ser "consciente de que los aficionados te juzgan por cómo le haya ido a su equipo", asume Soto Grado, que es docente de profesión y que también se dedica a la formación de árbitros jóvenes en La Rioja.

Sin embargo defiende que "el arbitraje español, se diga lo que se diga, tiene un nivel es bastante alto, porque se corresponde con una de las mejores ligas de Europa". "La mejor para mi", afirma.

Pero considera que "a nivel internacional hay que dar más oportunidades a los árbitros españoles". "Aunque a veces eso no depende solo de cuestiones deportivas o de nuestro nivel", considera.

De hecho, pone como ejemplo a su compañero Jesús Gil Manzano "que ha hecho un buen trabajo en la Eurocopa en el partido que le correspondió, pero nadie entiende porqué no ha vuelto a arbitrar", lo mismo que Alejandro Hernández Hernández en el VAR "que se ha vuelto a casa sin que nadie sepa el motivo".

Prolongar su carrera más allá de los 45

Reconoce que en los últimos años "el arbitraje español no ha pasado buenos momentos" por el 'caso Negreira'. "No sé si eso influye pero ahora mismo en la Federación Española las cosas están mucho más tranquilas", subraya.

Él también es árbitro internacional, pero en un tercer nivel en el que se les "designan partidos grandes o encuentros de selecciones en competiciones importantes", algo para lo que "me falta experiencia" porque lleva solo tres campañas como internacional, reconoce.

Una experiencia que puede tener difícil ganar porque a sus 44 años se encuentra ante la posibilidad de que la próxima sea su última campaña como árbitro de alto nivel; porque hay "una norma no escrita" por la que en España los colegiados pasan del campo al VAR.

"A mí me gustaría seguir, pero será complicado con la política del Comité", reconoce, "y voy a hacer lo posible para que se lo piensen".

“Somos uno de los pocos países de Europa en lo que sucede esto y porque no tiene mucha lógica que te premien como el mejor árbitro y un año después te jubilen, cuando solo llevo seis temporadas en Primera. Creo que no estoy amortizado y que me podrían aprovechar un poco más”, concluye el árbitro del comité riojano.