Sörloth da permiso a la Real para soñar con la Liga

Esta Real no tiene límites, ni para soñar, ni para seguir ganando. Los donostiarras se llevaron de Vallecas su noveno triunfo consecutivo, firmando así su mejor racha de la historia. Sörloth abrió el marcador, merced a un gran pase de Silva, y Barrenetxea sentenció un duelo en el que el Rayo no brilló como de costumbre, aunque mejoró en la segunda parte. El sueño de Europa se aleja para los de Iraola, mientras que los de Imanol tienen el liderato al alcance. Con estos tres puntos, los txuri-urdin pillan al Madrid (38) y soplan en la nuca al Barça (41). Ambos, eso sí, con dos partidos menos.

Pronto sonaron tambores de guerra en Vallecas. Camello protagonizó la primera tentativa del Rayo, pero Le Normand estuvo alerta para dejarla en eso, tentativa. El delantero y Pathé Ciss asomaron por los dominios de Remiro, aunque sin demasiado peligro. Todo lo contrario a la Real, cuya efectividad es incuestionable. El mago Silva se sacó de la chistera un pase filtrado a Sörloth, que coló el 0-1 bajo las piernas de Dimitrievski cuando se cumplía el cuarto de hora. El noruego está desatado y suma su quinta jornada consecutiva mojando. Los donostiarras fueron letales y, en cada una de sus llegadas, metían el miedo en el cuerpo a la parroquia franjirroja.

Mientras los txuri-urdin tenían el control del partido, Mateu lo descontrolaba con sus constantes interrupciones. Eso propició los cánticos del público: “Qué malo eres, Mateu, qué malo eres”. No era excusa para un Rayo más apagado que de costumbre. La Real amplió su distancia en el marcador en un córner, aprovechando que los franjirrojos son quienes más encajan así de Primera (6). Brais lo botó al primer palo, Aritz Elustondo peinó el balón y entró como un tiro —libre de marca— a rematarlo Barrenetxea, colocando el 0-2 en el minuto 37. Vallecas continuó animando, para tratar de reactivar a los suyos, sin colmillo y sin haber firmado ni un solo tiro entre los tres palos esa primera mitad. Mal síntoma.

Iraola movió el banquillo buscando el electroshock tras el descanso. Metió a Comesaña, que cumplió 200 partidos con la Franja, por Unai López y ya desde los primeros instantes el plan mostró sus brotes verdes. Isi sacó un córner y Remiro tuvo que meter la manopla para desbaratar el testarazo de Lejeune. Primero la paró con el guante izquierdo y palmeó con la diestra para evitar males mayores. El guardameta visitante era un muro infranqueable. No obstante, Balliu trataba de abrir alguna grieta por el costado.

Comesaña cocinó una gran jugada que derivó en un remate de Álvaro que se estrelló en la cara de Illarra, pero lejos de morir ahí, continuó la intriga hasta que Ciss e Isi (Cissi) remataron al alimón y su creación salió alta. El Rayo se mostró más activo, salieron también Nteka y Falcao, aunque la suerte estaba echada. La partida se había decidido prácticamente en media hora, en dos buenas manos realistas. Es más, Dimi se tuvo que sacar un paradón a Pablo Marín. La afición empezó a dejar el estadio antes del pitido final. Los locales buscaban sin mucha fe el milagro, aunque los donostiarras —muy ordenados— dejaron sus plegarias en nada. Y el sueño europeo de Vallecas en papel mojado...