ATLÉTICO

Primera lección de Simeone

El entrenador hizo autocrítica tras la derrota en el estreno de la temporada de los rojiblancos, condicionado por los cambios del argentino y la diferencia entre sus dos Atleti, el nuevo y el viejo.

Patricia Cazón Trapote nació en Zotes del Páramo, León, en 1980. Licenciada en Periodismo por la Universidad Pontificia de Salamanca y Master de El País trabajó en El Diario de León y El País Semanal antes de llegar a AS en 2004. Cronista del Atlético desde 2016, es autora de cuatro libros y tertuliana en El Golazo de Gol y Estudio Estadio.
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A Simeone se le notaba el golpe el domingo, en la sala de prensa del RDCE Stadium. Comparecía a la medianoche, taciturno y mascando el partido que acaba de finalizar, ese Espanyol-Atlético que dejaba en espuma momentánea la ilusión por los fichajes. Porque el club en 2025 ha acudido al mercado como en 2024: a cartera descubierta. Porque los reyes del Cholo ahora son en verano. Y le dejan en el Cerro todos los primeros nombres de su carta.

Fue Julián, ha sido Baena. Como Le Normand, Sorloth o Gallagher hace un año (entre otros), Cardoso, Hancko y Almada éste (ibidem). Y durante una hora todo va bien en este estreno que le sube el telón a otra temporada acunada por un verano de inversión e ilusión. El Atleti combina y juega con alta presión y pases certeros alrededor de un triángulo (Almada-Baena-Julián), los nuevos gustan, el equipo gana 0-1 al descanso tras gol de Julián, otra maravilla a balón parado. Y ni un paso atrás a pesar de ese marcador. Pero…

Pero llega el descanso y la amarilla a un imponente Cardoso obliga al primer cambio: el doble pivote de inicio, con Gallagher, lo formarían Barrios y Koke. Dos de los hombres que ya estaban antes del verano de 2024, cuando el club comenzó la remodelación de su plantilla: en el once titular, de aquellos, solo estaban Oblak y Llorente. Y con el inicio de los cambios, llegaron viejos males de antes. Esa falta de ‘contundensia’ en las áreas, un palo a Julián tras una jugada de toques de ensueño, los dos goles de un Espanyol en el que Manolo cambió sus piezas mejor. La ilusión sepultada por la primera herida fuera, en la primera jornada.

Y un rugir enseguida en las redes sociales que hace años que polarizan el mundo. O conmigo o contra mí. Y los anticholistas dispararan tuis de pólvora cargada que los pro enterraban quedándose con esa hora en la que el globo de la ilusión no solo no estaba pinchado sino que subía y subía alto en el cielo de Cornellá. Simeone, desde la sala de prensa, asumía el golpe y hablaba de lo que esta derrota ante el Espanyol le deja: la primera lección aprendida. Que sabe conducir el Ferrari que el club ha puesto en sus manos. “Tuve un aprendizaje para mí en eso que vimos. Ya lo van a ver”, dijo.

Las lecciones de Koke y Griezmann

Un aprendizaje alrededor de los cambios, esos que en la temporada pasada el mundo encomiaba, con Sorloth convertido en el mejor suplente de Europa, y capaces de darle la vuelta a los partidos con una Unidad B capaz de igualar la A. Algo que en este estreno no sucedió. El cambio de Cardoso quizá condicionado por la amarilla que el estadounidense vio justo antes del descanso. Los de Baena y Almada, por el cansancio de ambos jugadores, el equipo derrumbado cuando su lugar lo tomó Griezmann. Con el francés como gran lección aprendida la temporada pasada.

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El mejor jugador que pasó y dieron sus manos al que tanto le ha costado darle el papel que ahora se acopla mejor a su rendimiento actual, el de suplente, mejor poco y bueno que mucho y una rémora, partidos llenos de pasos atrás y falta de aliento en las carreras, con el rendimiento de Griezmann tirando piedras contra el tejado de todo lo que Griezmann ha dado. Hasta el último tercio de la temporada, el jugador de campo más utilizado por Simeone, hasta que esa lección la hizo propia y Antoine comenzó los partidos como suplente. O Koke, que pasó de jugar el 80% de los minutos en noviembre al 30%. Brindarles a ambos una buena jubilación, a la altura de cuánto han dado por el escudo rojiblanco. Dos lecciones que hace un año fueron las que se vio obligado a aprender y no debe olvidar mientras hace suya la nueva, la del domingo. Saber combinar las piezas. Volver a atar los resultados. Defensa de centros laterales, que no se esfumen los resultados. Volcar el trabajo en acolar sus piezas, sus jugadores, la cara A y la B fusionadas en lo mismo. Un Atleti del Cholo.

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