Siempre será la penúltima, Faraón

Diego Godín cuelga las botas y, de pronto, uno se hace mayor de repente. Hay canas y arrugas en el espejo que aquella tarde no estaban aún. Nueve años han pasado aunque creímos, al verle saltar en el Camp Nou para cabecear ese balón, que ese u-ru-gua-yo había detenido el tiempo. Un tiempo que al final todo alcanza, hasta lo que no debería: esos tipos que en el fútbol y la vida deberían ser eternos, no agotarse nunca. Porque Diego Godín se retira y no se va un futbolista, se va un trozo de nosotros, parte de nuestras vidas, aquella noche que volvimos a pisar Neptuno como campeones de Liga. Porque Godín se marcha y no es un adiós cualquiera: se va un hombre, se va un líder, se va uno de esos tipos de verdad irrepetibles, siempre ahí.

Diego Godín (2010-…) Llegó sin hacer demasiado ruido procedente del Villarreal y se acabó confirmando como uno de los mejores centrales del mundo. Una de las piezas clave del Atlético de Simeone y un muro para los rivales. Para el recuerdo, su gol en el Camp Nou que dio al club el título de Liga.Chema DíazDiario As

“Gracias por haber sido un referente, por enseñarnos a todos a no rendirnos nunca”, le escribía Gabi en redes. “Ayer y siempre, Diego Godín”, lo hacía Tiago. “Siempre has sido un líder y un ejemplo. Una leyenda. Gracias por todo, hermano”, Koke. Y Villa. Y el Cholo. Y cientos y cientos de aficionados que le daban las gracias por engrandecer su escudo y colores. Porque sobre tipos como Godín se construye la gloria. Qué difícil es encontrar en esta sociedad donde todo es escaparate a personas tan puras, tan de verdad, tan emocionantes como Godín. Siempre será la penúltima, Faraón, porque te vas pero no: los tipos como tú nunca lo hacen del todo.

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