Sevilla y Betis olvidan la bandera, a pesar de Gordillo y Caparrós
El reciente desencuentro entre el ‘3’ y el utrerano no amenaza las relaciones entre clubes, que se rompieron el año pasado pero ahora han vuelto a ser normales.
Trufada de desencuentros, algunos de ellos muy sonados y en los últimos tiempos, la historia de las relaciones entre las directivas del Sevilla y del Betis ha vuelto a la normalidad. Si no ocurre nada raro de aquí al domingo, los consejeros verdiblancos visitarán con normalidad a sus homólogos sevillistas en el Ramón Sánchez-Pizjuán, con todos los actos lógicos en este tipo de partidos.
Y eso que, hace solo unos días, Rafael Gordillo (director de Relaciones Institucionales y presidente de la Fundación RBB) abandonaba un acto para evitar fotografiarse con Joaquín Caparrós, ahora presidente de Honor del Sevilla. El utrerano, habituado en meterse en charcos, había hecho antes unas declaraciones que no sentaron bien al ‘3′. Pero aquello, aseguran ambos clubes, queda en el ámbito de lo privado y como una mera anécdota.
Así lo confirmó en un acto con la Prensa el propio presidente blanquirrojo, José María del Nido Carrasco: “Las relaciones con el Betis son normales a todos los niveles. Seguro que haremos comida y que vendrán a nuestro palco. Las relaciones son fluidas y el derbi transcurrirá con total normalidad”.
Aunque tanto Del Nido Carrasco como Ángel Haro, máximo dirigente bético, habían ya deslizado que se habían restaurado las conexiones oficiales entre ambos Consejos de administración, quedaba en el aire el resquemor de episodios recientes como este mismo de Gordillo y Caparrós o el que hasta hace solo unos meses provocó incluso la ruptura de relaciones. La campaña pasada, tras la victoria del Sevilla en el derbi de Nervión, el Betis denunció ante Competición que Isaac Romero, Carmona y Juanlu portaran una bandera con el escudo heliopolitano tachado. La sanción, tras varios recursos, tuvo que ser cumplida por los tres canteranos en el último duelo del año, el que iba a servir como despedida de Jesús Navas en el Ramón Sánchez-Pizjuán, ante el Celta.
Pocos días después, el Sevilla decidía emitir un comunicado de ruptura de relaciones con el Betis, al no “entender” que tales relaciones pudieran seguir vigentes cuando los dirigentes de la entidad verdiblanca habían buscado ”deliberada y conscientemente hacer daño" al Sevilla con esa denuncia ante Competición. Afortunadamente, la riña duró solamente unos meses. En marzo de 2025, antes del duelo de vuelta en el Villamarín, y con la mediación de varios políticos, Haro y Carrasco firmaban la paz.
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Había sido el episodio más cruento entre ambas directivas desde el famoso ‘derbi del palo’ a Joan Jordán, en la Copa de 2022. Pero la historia casi siempre se repite en el clásico sevillano, lleno de momentos para olvidar como el día del cuchillo que recogió Benjamín Zarandona del césped del Sánchez Pizjuán, el del botellazo a Juande Ramos que provocó una suspensión del Villamarín o el del busto que instaló Manuel Ruiz de Lopera en el palco para incomodar a Del Nido padre, por nombrar algunos también relativamente recientes.
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