BARCELONA

Sergi Roberto, capitán sin minutos

El de Reus no ha jugado en las últimas cuatro jornadas de Liga. La llegada de João Cancelo le ha relegado al banquillo y, de momento, Xavi ha preferido otras opciones para el centro del campo.

Enric FontcubertaEFE

Se avista un año complicado para Sergi Roberto. Al menos, en cuanto a minutos jugados. Al capitán le va a costar lucir el brazalete en el campo. Lleva cuatro partidos de Liga sin aparecer (Betis, Celta, Mallorca, Sevilla) y eso ya no es una casualidad. Es evidente que la llegada de João Cancelo le ha apartado del once y le ha quitado las opciones de ser titular con regularidad.

Pero puede ser algo más profundo. Todo apunta a que las ausencias de Cancelo como lateral derecho pueden darse en partidos en los que Xavi quiera contener un poco más. Entonces, las opciones para el lateral serán Araújo y Koundé (este año, por ese orden). Además, como jugador polivalente y nacido en el centro del campo, las lesiones de Frenkie de Jong y Pedri, las dudas con Oriol Romeu, e incluso la lesión de Raphinha jugando como interior ante el Sevilla, le habrían dado opciones en otra época. Xavi, sin embargo, se inclinó por Fermín este viernes.

Hay quien considera que, con 32 años, Sergi Roberto es una “página pasada”. Es el último superviviente del Barça de Guardiola, con quien debutó en el primer equipo en la temporada 2010-11; y, de momento, Xavi da la sensación de estar definitivamente decidido a dar el último paso con los jóvenes.

Pero eso no quiere decir que el internacional sea una ‘carga’ para el entrenador, que pidió expresamente su renovación y le ha defendido con vehemencia frente a la crítica del público y de los medios. Su trayectoria, con 353 partidos en la primera plantilla, merece un respeto.

También valora su calidad humana. Con la marcha de Piqué y Alba, pero sobre todo de Busquets, Xavi necesitaba un jugador veterano de la casa que le ayude a hacer más llevadero el difícil día a día de un vestuario, con jugadores más y menos protagonistas, con los bajones de ánimo correspondientes en los que juegan menos; y, al contrario, los excesos de azúcar a los otros. Tal vez ese sea el trabajo que le vaya a tocar a Sergi Roberto este año. Llevar el brazalete más dentro que fuera y hacer esa faena invisible que se ve menos. Eso sí, como cualquier jugador todavía en activo, no jugar también conlleva un desgaste interior que deberá disimular. Al menos, hasta junio, cuando termina contrato. Es posible que esta sí sea la última temporada de su maravillosa era en el Barça. Desde el prisma que sea, deberá disfrutarla.

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