Sandro está sembrado

Sin brillantez pero con solidez. Así se gestó la victoria de Las Palmas del presente sábado, firmada por el doblete de Sandro, ante un deslucido Valladolid que apenas inquietó a los locales más allá del gol de Marcos André, además en una jugada aislada, que llegó al filo del descanso.

No fue el mejor partido de la hueste insular con Diego Martínez al frente pero cayó otro triunfo liguero, el quinto en siete partidos con el entrenador gallego al frente, 18 puntos ya para el equipo grancanario. Por su parte, el Pucela se hunde irremediablemente, tan perdido en el campo como en los despachos, donde tampoco se sabe muy bien qué pretende Ronaldo Nazario.

Controlaba la posesión Las Palmas en los primeros minutos ante la descarada cesión de la misma por parte del Valladolid, porcentajes del 62,8% y 37,2%, respectivamente, al final del primer tiempo. Tampoco es que los visitantes pasaran apuros con ese 4-1-4-1 en defensa que parecía infranqueable, pues los locales ni metían la marcha necesaria al envite ni le daban rapidez a la circulación para descolocar a un rival que comparecía tan tranquilo, impasible en el descontar de los minutos, ni que no tuviera urgencia por ganar partidos.

El duelo, un tostón de mediodía que incitaba a la siesta, no tuvo su primer disparo a portería hasta el minuto 17, cuando Silva se encontró con Hein. El delantero fue amonestado poco después por simular una caída en el área rival, por lo que no podrá jugar contra la Real Sociedad. Lo mismo pasa con Álex Suárez, otro valladar.

La monotonía solo podría romperse como por arte de magia, esa que le sobra a Moleiro. El 10 de Las Palmas se plantó ante Hein tras una gran jugada individual y el rechace le llegó a Sandro para adelantar a su equipo, lo mismo que hace una semana en Montjuïc. La hueste local no aprovechó la corriente a favor y si primero Kike Pérez perdonó, Marcos André empató después de cabeza y rematando completamente solo, al filo del descanso, tras una asistencia de Sylla.

Escuadra

Tras el descanso se empezó a jugar a lo que quería el Valladolid. Cuanto menos pasara mejor, tampoco es que Las Palmas estuviera muy clarividente con el balón en los pies, así que tocaba adormecer un duelo que espabiló con una genialidad de Sandro, que aprovechó una asistencia de Campaña para, primero, ganarse el espacio con la pierna derecha y después, limpiar la escuadra con la pierna izquierda. Un auténtico golazo. Está sembrado el delantero grancanario, seis goles ya, segunda jornada consecutiva marcando.

Las Palmas no tuvo problemas desde entonces para controlar a un Valladolid que, con más corazón de cabeza, sigue perdiendo fuelle. De momento no hay manera de quitarle el precinto. Asimismo, la derrota pudo ser mayor si Mata no falla en boca de gol. Los insulares continuaron así con su hercúlea reacción con Diego Martínez al timón, ahora a costa del colista, como hace una semana cayó el líder. Las Palmas puede con casi todos.

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