Salas: el campeón del mundo de pádel despunta como lateral
El canterano se doctora en la banda pero vuelve a dejar dudas de central. García Pimienta le tiene mucha fe y deberá acabar de moldearle.
A los 22 años y casi dos temporadas después de subir a la primera plantilla sevillista, con seis meses de cesión intercalados en el Tenerife, Kike Salas necesita todavía encontrar su sitio definitivo en el campo. Se acerca al 1,90 de altura y después de mucho tiempo como central parecía bastante evidente que se amoldaría definitivamente a ese lugar de la zaga, pero partidos como el de Metropolitano (y no es el único) lo ponen ciertamente en duda: en sus 80 minutos como lateral izquierdo, Kike se permitió el lujo de dar dos asistencias; como central, cometió el error fatal que permitió a Griezmann certificar la victoria del Atlético.
Xavi García Pimienta deberá acabar de moldear al de Morón, pero le sigue teniendo muchísima fe. Igual que Quique Flores, el año pasado. Un técnico al que Salas “enamoraba”. “Kike Salas nos enamora. Es un corrector en defensa impresionante, magnífico. Te pones a ver el partido y te das cuenta”, afirmó el técnico madrileño después de un empate ante el Valencia en el que el zaguero canterano volvía de sopetón al once nada más superar una lesión.
Kike posee anticipación y la intuición de dónde irá la pelota, virtudes que le pueden servir en cualquiera de los perfiles. Dos características que seguramente heredó con la práctica de otro deporte, cuando iba camino de convertirse también en un gran jugador de pádel. El moronero proviene de una familia de deportistas. Su tío Víctor Salas, que le inculcó el amor por el deporte rey, jugó desde 1999 a 2003 como delantero del Sevilla. Su padre y su madre, Enrique y Mª Carmen, regentan desde hace dos décadas el Esmac Club de pádel en el pueblo natal de todos ellos. Y fue en este deporte de la raqueta, tan de moda durante los últimos años, donde el ahora futbolista profesional comenzó a destacar desde niño.
Apenas tenía 9 años el ahora defensa del Sevilla cuando se proclamó Campeón del Mundo en categoría Benjamín y, después de ese título, lograría convertirse también en el mejor de España con la selección de Andalucía, tanto en 2012 como en 2014. Con 13 años, Kike no tuvo más remedio que elegir: pádel o fútbol. Tras probar en las canteras del Málaga e incluso la del Betis, el Sevilla le acabó incorporando a su equipo infantil. Hace tres campañas incluso participó en la Youth League para luego vivir un fugaz paso por el primer filial, el Sevilla Atlético, porque pronto le reclamó el primer equipo. Pimienta, que necesita tanto laterales zurdos como centrales, deberá buscarle un sitio más habitual en su defensa.
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