Rüdiger grita ‘hallo’

Llegar y besar el santo. El gran estreno de Rüdiger en el Bernabéu fue algo muy parecido a lo que, seguramente, había soñado. Sólo un testarazo de Muriqi -tercer jugador de Europa que más goles lleva de cabeza en 2022, cinco, sólo por detrás de Osimhen (6) y Kane (7)- manchó de vino su carta de presentación. Un gol donde no tuvo la culpa, pues la marca correspondía a Mendy. Limpias las manos, el recuerdo de su primera titularidad con el Madrid en el Bernabéu es grato: victoria, partidazo y gol. El estadio lo ovacionó y él, ya se deja querer. Queda más que presentado, pues el minuto que jugó ante el Betis no supo ni a tentempié.

Esta vez, con su gol rozando el tiempo de descuento, rompió un récord de los que no se ven a menudo: es el segundo jugador alemán que marca en cuatro de las cinco grandes ligas este Siglo XXI. En la Premier League firmó nueve dianas, todas ellas luciendo la elástica del Chelsea; en la Serie A, dos, bajo los colores de la Roma; y en Bundesliga, durante su etapa como jugador del Stuttgart, marcó otro par. Todos ellos, sumados al del pasado domingo ante el Mallorca, confirman su póker internacional. Hasta ahora, sólo Mustafi podía fardar de haber conseguido algo así. Para hacer el pleno, le quedaría rugir en Francia.

Conexión alemana

Su cabezazo, además del mencionado récord, puso fin a casi una década de sequía bávara. Porque la última vez que un jugador alemán del Madrid había marcado a pase de otro alemán, fue el 26 de mayo de 2013. En aquel caso fue Özil quien envolvió el regalo para Khedira; hace 3.395 días. Esta vez el encargado de la asistencia fue Kroos, el capitán, que hizo volar el esférico para que Rüdiger lo fusilara en el segundo palo. El tanto subió al marcador con ligero suspense, pues la posición del central en el momento del centro coqueteaba con el fuego del fuera de juego. Pero finalmente el VAR confirmó que estaba habilitado por centímetros.

De vuelta

Sin Militao, Ancelotti lo escogió como titular, brindándole su primera presencia en un once ante su nueva afición. Casualmente, la última vez que había sido titular en el Bernabéu, fue en la vuelta de los pasados cuartos de Champions, donde su actual equipo lo mandó a la lona tras una agónica prórroga. Una noche en la que cuajó un partidazo. Este domingo, sus números le refuerzan: 95% de acierto en pases, tres duelos ganados y seis recuperaciones. De los 54 pases que dio, sólo falló tres, de los cuales dos fueron en campo rival (intentando combinar tras rebotes en córners) y sólo uno, en campo propio. Rüdiger, el día de su gran bienvenida, sacó a relucir todo el carácter que le ha llevado a Chamartín. Dijo ‘hallo’ (hola, en alemán), o más bien, lo gritó.