Rüdiger es el jefe

Rüdiger como el dique sobre el que reposa todo el juego defensivo del Real Madrid. Las circunstancias (básicamente, las lesiones de todos sus compañeros de línea excepto Fran García) y su gran hacer le han aupado a figura de jefe supremo de la zaga. De seguro de vida para Ancelotti y tótem para la afición, adepta a sus cualidades y su peculiar carácter.

Este doble duelo en Butarque y Anfield le sirve en bandeja entrar aún más en el terreno de la idolatría. Sin Militao, Alaba, Carvajal, Lucas Vázquez y Tchouameni, Antonio se ha quedado casi solo. Una especie de Hércules con muchas tareas por completar. Tendrá que cuidar de Raúl Asencio, el castillista que sube para echar una mano, pero ya lo hizo en su debut contra Osasuna. El alemán fue el primero en acercarse a felicitar (más bien zarandear) al canterano por su pase de gol a Bellingham. Le dio instrucciones, le ‘apadrinó’. A Rüdiger le gusta ser una figura cercana con los jóvenes que se desenvuelven en su posición. Fue el primero en ponerse a disposición de Joan Martínez cuando el joven central (17 años) sufrió en agosto la rotura del cruzado mientras estaba con el primer equipo.

Ahora tiene que estar pendiente de multiplicarse. Mañana en Butarque previsiblemente tendrá que estar muy encima de Mendy para ayudarle a lidiar con Juan Cruz, el pepinero más peligroso. En Liverpool los peligros aparecerán por ambos flancos, con Luis Díaz y Salah atormentando a sus rivales desde esas zonas. Tanto si se recupera Tchouameni, que sigue siendo un central en prácticas, como si le toca a Asencio, sin experiencia, mucho dependerá del 22 madridista.

Señor de los cielos

Las esenciales funciones defensivas de Rüdiger las complementará con la misión, casi en exclusiva, de ser el gran argumento aéreo en el balón parado en ataque. Sin Tchouameni ni Militao, es casi el único. De hecho, los dos tantos de Rüdiger esta temporada fueron de cabeza y en ambos apareció al rescate del Madrid y para hundir a sus compatriotas. Primero con el 2-1 al Stuttgart y luego el 1-2 frente al Borussia Dortmund que inició la cascada de goles blancos hasta el 5-2 final.

Muchísima responsabilidad sobre los hombros del teutón. Llama más la atención porque Rüdiger al fichar en la campaña 2022-23 tuvo que abrirse hueco. Fue suplente en dos de sus primeros tres partidos de Champions como madridista y en tres de las seis primeras jornadas de Liga. Pero supo emerger y su respuesta ante las graves lesiones de Militao y Alaba le encumbró. Es la hora Rüdiger.

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