BARCELONA-REAL MADRID

Real Madrid: luces y sombras en Montjuïc

Los blancos han jugado 18 partidos allí, entre ellos, cinco finales de Copa, con tres derrotas y dos triunfos. Además, una derrota ante el Espanyol en dicho campo fue el adiós de Camacho...

BSR AgencyGetty Images

El estadio Lluis Companys acogerá por primera vez un Clásico. Será la decimoquinta sede (decimotercera en territorio español, más otros dos en tierras de Arabia Saudí) que acoja el enfrentamiento oficial entre el Real Madrid y el Barcelona, tras haberse iniciado la serie en el Hipódromo de La Castellana allá por 1902, pasando por el campo del Español, el campo del Athletic de Madrid, Chamartín, Les Corts, Mestalla, el Metropolitano, el Santiago Bernabéu, el Camp Nou, La Romareda e, incluso, el Vicente Calderón. El escenario barcelonés se estrena en estas lides debido a la reforma que se está efectuando en el Camp Nou y que seguramente, el año próximo pueda volver a acoger una nueva edición de este espectacular enfrentamiento.

Sin embargo, ni para el Madrid ni para el Barcelona es un escenario desconocido. Los blancos tienen peor registro que sus homólogos catalanes. Los madridistas han disputado cinco finales del Campeonato de España (la popular Copa del Rey, que debido a los diferentes regímenes políticos ha ido modificando su nombre) en dicha sede, con un balance negativo: tres derrotas y dos victorias. Los azulgrana también han ganado una Copa en dicho estadio: en su caso fue ante el Espanyol (1-0) en 1957. Esta campaña suma victorias en sus siete partidos jugados entre Liga y Champions.

La primera visita madridista fue en la final de Copa de 1930. Los blancos se enfrentaron al rey de Copas por excelencia, el Athletic. Los rojiblancos se llevaron el triunfo en la prórroga (3-2), tras un disputado encuentro en el que la violencia apareció tras el tercer gol bilbaíno. Los madridistas sufrieron un ambiente hostil desde el primer momento, algo que ya ha habían vivido en las finales de 1916 y 1917, celebradas en el estadio de Español. Los 65.000 espectadores (fue la primera vez que acudieron los Reyes de España a presenciar la final) se pusieron de parte de los jugadores rojiblancos y silbaban y protestaban cada decisión que favorecía a los blancos.

Tres años después, en 1933, los mismos rivales se volvieron a ver las caras… con el mismo resultado: triunfo rojiblanco, pero con distintas sensaciones. Los rojiblancos se impusieron por la mínima 2-1, en un completo Montjuïc. Pero esta vez, los 65.000 espectadores aplaudieron el esfuerzo realizado por los dos equipos. Los blancos se habían adelantado en el marcador por medio de Lazcano, que fusiló al meta rojiblanco Blasco, antes del descanso, pero Lafuente le dio la vuelta al marcador en la segunda parte.

Fue en su tercera visita cuando los blancos lograron inaugurar su casillero de victorias en dicho escenario barcelonés. Los blancos superaron al Athletic en semifinales antes de medirse a un sorprendente Valencia que había apeado de la competición a un Oviedo que contaba con Lángara y Herrerita en sus filas. Los blancos llegaban con la vitola de favoritos y cumplieron con las expectativas… aunque con susto. Los valencianistas se adelantaron en el marcador al comienzo de la segunda mitad por medio de Vilanova. Hilario empató y dos minutos más tarde era Lazcano quien le daba el triunfo a los blancos (2-1), que vieron cómo Samitier se despedía del equipo blanco con este título copero.

Habría que esperar a 1946 para que los blancos volvieran a levantar un título de Copa en Montjuïc. De nuevo, el rival fue el Valencia, aunque en esta ocasión partían como grandes favoritos. Los blancos venían de arrastrar una década de sufrimiento (su último título databa de 1936, cuando ganó la final de Copa en Valencia al Barcelona), y estaba en pleno proceso de recuperación. Todo cambió a los dos minutos y medio de partido. Una jugada madridista es culminada por Barinaga con un fuerte disparo. Bañón, mientras, defiende todos los ataques rivales. Pruden, a los 40 minutos de partido, eleva el marcador a un 2-0 que se antoja insalvable para los ché. El mismo Pruden sentenciaría el partido a los seis minutos de la reanudación. Gorostiza, a falta de nueve minutos para el final, lograría el gol de la honra de los valencianos. Fue el primer título de Santiago Bernabéu como presidente blanco. Ipiña recogería el trofeo, mientras que al día siguiente, la expedición blanca sería recibida en loor de multitudes en la estación madrileña.

La quinta y última visita se saldó con una nueva derrota. En esta ocasión ante el Real Zaragoza y de nuevo en la prórroga. Los blancos cayeron 3-2 en la final de 2004, comenzando su declive en esa temporada que acabaría con su eliminación en Champions ante el Mónaco y la pérdida del título liguero. Los jugadores, dirigidos por el portugués Carlos Queiroz, se vinieron abajo en un mes de marzo tremendo. Fue el argentino Galletti quien definió la final con un golpeo acombado que sorprendió a César. Previamente, Beckham y Roberto Carlos habían marcado para los blancos, mientras que Dani y Villa lo habían hecho para los zaragocistas. Ese mismo año, en septiembre de 2004, José Antonio Camacho presentaría su dimisión como entrenador blanco tras caer por la mínima ante el Espanyol (1-0). El técnico blanco, tras caer con los blanquiazules, mandó a sus jugadores entrenar al día siguiente, domingo, cuando varios de sus jugadores tenían compromisos publicitarios. Al ver la situación, el entrenador murciano decidió dimitir y marcharse. Le supliría Mariano García Remón, pero el declive de Los Galácticos había comenzado en aquella derrota de Montjuïc…

En definitiva, los blancos han jugado 18 veces (entre todas las competiciones), con siete victorias, dos empates y nueve derrotas. Ha marcado 25 goles y ha recibido 23. Hoy vuelve a un estadio donde dar la vuelta a su balance, negativo por ahora...

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