SEVILLA-REAL MADRID

Ramos, un caso casi único

Que un exprimer capitán madridista se mida de nuevo al equipo blanco sólo ha ocurrido tres veces en la historia. La última... en 1990.

Angel MartinezGetty Images

Ser primer capitán del Real Madrid es poco menos que tocar la cima del Everest futbolístico, por eso es raro que los que han sido los portadores del brazalete en ‘propiedad’ (excluyamos de la ecuación a los segundos, terceros y cuartos capitanes) se hayan visto después las caras con el equipo blanco si han decidido seguir su carrera en otro equipo. La mayoría de capitanes históricos se han retirado después de disfrutar de ese honor (Gento, Amancio, Pirri, Santillana...) o se han marchado a clubes extranjeros, generalmente de menor nivel (Hierro, Raúl, Casillas, Benzema...) y que nunca se cruzaron con el Madrid. Sergio Ramos, si juega hoy, va a ser la excepción a la norma.

Porque el hecho de que el camero se pueda enfrentar con la camiseta del Sevilla a su Madrid, del que capitán glorioso durante seis años (2015 a 2021), sólo tiene tres precedentes históricos en lo que atañe al club madridista. Únicamente el portero Agustín Rodríguez, en 1990 con el Tenerife, Sabino Barinaga en 1951 con la Real Sociedad y hace casi cien años, Perico Escobal con el Racing de Madrid, en 1929. Son los tres únicos primeros capitanes del Madrid que después de colgar el brazalete madridista se alinearon con un rival. Por lo menos, de los que haya registro.

Escobal fue el primero. Central muy poderoso, fue capitán madridista entre 1924 y 1927 antes de irse al Racing de Madrid, el equipo canalla de la capital. Con ellos jugó dos partidos de Copa a cara de perro frente al Madrid.

Perico Escobal defiende una jugada ante su portero en un encuentro con el Real Madrid ante el Murcia, en 1926.

Algo más de dos décadas después, le tocó a Barinaga (capitán madridista en la 1949-50) tras regresar al País Vasco, a la Real Sociedad. En enero de 1951 visitó Chamartín como txuri-urdin y marcó... en un 7-2 final para el Madrid.

Sabino Barinaga, en un partido con el Real Madrid contra el Athletic, a finales de los años cuarenta.

El caso más reciente es Agustín. Capitán blanco en la 1989-90 tras la retirada de Camacho y pese a ser el portero suplente, se fue al Tenerife y allí le amargó el reencuentro al Madrid. Fue el cancerbero del equipo tinerfeño en las dos Ligas que se dejó el Madrid en la isla...

El penalti de Agustín a Zamorano, con el Tenerife, en la última jornada de Liga de la temporada 1992-93.

Ramos, que se declara “sevillista y madridista” y que ha avisado de que si marca hoy lo celebrará, está en disposición de ser el siguiente.

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