Rafa Marín alza la voz

En el mejor Villarreal, el mejor Rafa Marín. Ese es el resumen. Esa es la realidad del tercero en Liga, a solo cuatro puntos del Madrid y cinco del Barça, con un partido menos. Esa es la realidad de un central al alza, que vive su mejor momento. Formado en el Madrid, curtido por Antonio Conte, que vuela con Marcelino. Como uno de sus futbolistas capitales (sexto más utilizado: 1.305 minutos), como una de sus extensiones. Rafa entendió que era el contexto ideal para brillar, para volar. El trampolín para su futuro, después de un curso de fortalecer armadura en Nápoles. Y en apenas cuatro meses alza la voz, en muchos sentidos. Y refuerza sus candidaturas. Todas.

La primera, la principal: el Villarreal. Porque no eligió La Cerámica por casualidad. Era un equipo que ya le había tanteado seriamente en enero. Estuvo cerca. De hecho, el Madrid, que es un factor crucial en el horizonte del zaguero, estaba por la labor. Pero no se dio. Como sí lo hizo en verano. Y no de la misma manera. Si entonces era una cesión, sin más, ahora hay letra pequeña. El equipo groguet se guardó una opción de compra de 12 millones de euros. Las conversaciones llegarán más adelante. Pero las sensaciones son inmejorables.

Porque con Rafa de titular, los de Marcelino solamente han perdido un encuentro: contra el Madrid en el Bernabéu. El resto: ocho triunfos y dos empates en Liga y el único punto sumado en Champions (2-2, ante la Juventus). Con él sobre el campo, el Submarino recibe un gol cada 87 minutos. Sin él, cada 67′. En el fútbol es tan importante rendir como decidir. Y el de Guadajoz sonríe con lo elegido. En La Cerámica, con Marcelino al frente, también.

Factor Real Madrid

Una elección que pasó por el Real Madrid. Un factor ineludible en su futuro. El club blanco acordó su traspaso al Nápoles en julio de 2024. El precio, 12 millones de euros. Pero con varios condicionantes. Por un lado, dos opciones de recompra. De 25 millones en el verano de 2026, de 35 en el de 2027. Pero también guardándose bajo la manga una especie de matching rights. En definitiva, si los partenopei querían hacer negocio por Rafa con otro club, la operación tiene, y sigue teniendo, que pasar por las oficinas blancas. Por esos derechos que mantiene el Madrid.

Los mismos que hicieron que ese préstamo al Villarreal no fuera una operación de dos, sino de tres. Y en Chamartín dieron el visto bueno. Amén de embolsarse una pequeña cantidad por la cesión, entendían que el contexto y el proyecto eran perfectos. Para todas las partes. Como así está siendo. ¿Y si el Villarreal quisiera ejecutar esa cláusula de 12 millones para quedárselo en propiedad? El Madrid tendría que ser avisado. Esas son las cartas del tapete.

Sus horizontes

Y Rafa, mientras, habla en el campo. Para convertir esos 12 kilos que puede desembolsar el Villarreal en una ganga. Para recordar al Madrid que, si lo consideran oportuno, tienen en él un central en la recámara por el que tendrían que invertir 13 millones (los 25, menos los 12 ya ingresados). Para meter su nombre, uno de sus grandes retos personales, entre los futuribles de La Roja, después de haber sido un hombre fuerte en las inferiores (12 internacionalidades en la Sub-21). Y para recordar a Antonio Conte por qué apostó por él tras esa cesión en el Alavés.

Allí, en el Maradona, no tuvo continuidad. El técnico creó su guardia pretoriana y Rafa quedó fuera, como un central satélite (solo 319 minutos el curso pasado). Pero el canterano blanco no mira su etapa como partenopeo con rabia, sino con motivación. El propio Conte reconoció que merecía haber disputado más minutos y le agradeció su implicación. Que no bajase los brazos a pesar de la poca participación. Algo que le llevó a ser parte de un vestuario campeón. Y a aterrizar en Villarreal, donde todo encaja. Donde todo lo está haciendo. Desde donde Rafa Marín está alzando la voz.

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